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La metamorfosis

 

 

 

 

 

 

 

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Frank Kafka

La metamorfosis

Traducción de Carlos Fortea

 

 

 

 

 

 

 

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Colección Biblioteca básica. Serie Clásicos universales

 

La metamorfosis, de Franz Kafka

 

Traducción de Carlos Fortea

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Primera edición en papel: abril de 2012

Segunda edición en papel: mayo de 2012

Primera edición: octubre de 2014

 

© Derechos exclusivos de esta edición:

Ediciones Octaedro, s.l.

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ISBN: 978-84-9921-647-8

 

Realización y producción: Editorial Octaedro

Diseño de la cubierta: Tomàs Capdevila

Ilustraciones interior y cubierta: Kaffa

 

Digitalización: Ediciones Octaedro

Prólogo

El autor del libro que vas a leer vivió en Praga a principios del siglo xx, en una época complicada, y murió aún muy joven de una enfermedad entonces terrible y hoy casi erradicada: la tuberculosis. Cuando murió, había publicado varios libros de cuentos, todos ellos de menos de cien páginas, pero en sus cajones había tres novelas sin terminar, muchos más relatos y casi mil páginas de diarios, y una nota escrita por él mismo y dirigida a su mejor amigo, el también escritor Max Brod:

De todo lo que he escrito, lo único que vale son los libros publicados […]. En cambio, todos los demás escritos míos […] sin excepción […], deben ser quemados lo antes posible.

Max Brod no solo era el mejor amigo de Franz Kafka, también había sido su lector más entusiasta y el que había luchado por que sus libros se conocieran y su amigo llegara a ser el gran escritor que siempre había soñado ser.

No fue capaz de cumplir la petición de Franz. No quemó los escritos de Kafka, sino que los ordenó, clasificó y publicó, y gracias a él hoy en día los lectores del mundo disponen de más de tres mil páginas escritas por uno de los autores más especiales, más melancólicos y más originales de la historia de la literatura.

No hay nadie como Kafka. Sus textos, en los que personas normales y corrientes se ven enfrentadas a situaciones que no tienen salida (un hombre es detenido una mañana sin saber por qué, se le somete a juicio sin saber por qué —en la novela El proceso—; un personaje va a un castillo para hacerse cargo de un trabajo, pero nadie le espera y no es posible llegar hasta los que le han contratado —en la novela El castillo—; un joven despierta una mañana convertido en un bicho enorme…); todos tienen una atmósfera a la que nadie sabe poner adjetivos, y por eso esta recibe el nombre de kafkiana. Las situaciones en las que se encuentran sus personajes angustian como la lectura de una novela de terror, pero angustian porque podrían pasarle a cualquiera. Sus libros dan materia para pensar.

Y tocan todos los temas: la burocracia, la familia, la dificultad del amor, los rincones más oscuros de la mente.

«Cuando Gregor Samsa1 despertó una mañana de una noche llena de sueños inquietos, se encontró en su cama, convertido en un bicho monstruoso…» Este es uno de los principios de relato más famosos de la literatura universal, el del libro que viene a continuación: La metamorfosis. Gregor Samsa despierta y se encuentra en una situación imposible. No vamos a contar lo que sucede luego, pero tiene que ver con la manera en que él y su familia se enfrentan a ese acontecimiento extraño e incontrolable, y lo que ocurre tiene que ver con la manera misma en la que los humanos nos enfrentamos a lo que nos resulta desconocido.

Para quien sepa leerla, La metamorfosis es una lección sobre lo que hay que hacer, contado desde el punto de vista de lo que no hay que hacer. Es una lección sobre nuestros miedos y nuestra dificultad para superarlos, y un grito de amor desesperado. Somos los lectores los que tenemos que oír ese grito.

Comienza en la página siguiente. Lee.



Carlos Fortea

1. Respetaremos el nombre y apellido alemán, tal y como se escribe en alemán. El lector debe pronunciar Grégor, con acento en la e.

Introducción: Franz Kafka

Biografía

Kafka (Praga, 1883-Viena, 1924) está considerado uno de los mejores escritores del siglo xx. Su padre, un comerciante de clase media, ejerció sobre él una gran opresión y dominio que influyeron considerablemente en la personalidad y en la obra del escritor. En su Carta al padre, escrita en 1919 y publicada después de su muerte (como ocurrió con casi toda su obra), Kafka expresa sus sentimientos de inferioridad y rechaza la figura del padre. Sin embargo, vivió con su familia casi toda su vida.

De joven ya se interesó por la mística y la religión judías. Estuvo comprometido en dos ocasiones, pero no llegó a casarse. Estudió Derecho en la Universidad de Praga, aunque nunca ejerció la carrera. Trabajó en una compañía de seguros hasta que la enfermedad de la tuberculosis lo obligó a abandonar el trabajo. Intentó reponerse primero junto al lago de Garda; después, en Merano, hasta que el 19 de abril de 1924 tuvo que internarse en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena, donde murió dos meses más tarde. Tenía solo 41 años.

Pero a pesar de la enfermedad, de la hostilidad manifiesta de su familia hacia su vocación literaria, de sus cinco tentativas matrimoniales frustradas y de su empleo de burócrata en la compañía de seguros, Franz Kafka se dedicó intensamente a la literatura.

Era un hombre de temperamento introvertido y complejo, como lo demuestra en esta confesión que hace a su novia Felice Bauer en una carta que le dirigió:

Muchas veces he pensado que la mejor forma de vida para mí consistiría en recluirme en lo más hondo de un sótano espacioso y cerrado, con una lámpara y todo lo necesario para escribir. Me traerían la comida y me la dejarían siempre lejos de donde yo estuviera, tras la puerta más exterior del sótano; sería mi único paseo. Luego regresaría a mi mesa, comería lenta y concienzudamente, y me pondría otra vez a escribir.

Su obra narrativa

En la línea de la Escuela de Praga, de la que es el miembro más destacado, la escritura de Kafka se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía y lucidez. Ese mundo de sueños, que describe paradójicamente con un realismo minucioso, ya se halla presente en su primera novela corta, Descripción de una lucha, que apareció parcialmente en la revista Hyperion.

En 1913 se publicó su primer libro, Meditaciones, que reunía extractos de su diario personal, pequeños fragmentos en prosa de una inquietud espiritual penetrante y un estilo profundamente innovador, a la vez lírico, dramático y melodioso. Sin embargo, el libro pasó desapercibido; los siguientes tampoco obtendrían ningún éxito, fuera de un círculo íntimo de amigos y admiradores incondicionales.

El estallido de la Primera Guerra Mundial y el fracaso de un noviazgo en el que había depositado todas sus esperanzas señalaron el inicio de una etapa creativa prolífica. Entre 1913 y 1919 escribió El proceso, La metamorfosis y La condena y publicó El chófer, que incorporaría más adelante a su novela América. También publicó En la colonia penitenciaria y el volumen de relatos Un médico rural.

La obra narrativa de Kafka es una digna representante de la novela del siglo xx. Podemos considerar al escritor como precursor del existencialismo, pues sus obras contemplan aspectos claves de esta corriente, como la deshumanización del hombre, su pérdida de identidad, su angustia existencial, la soledad, el vacío y la incomunicación. Además, conjuga como nadie el realismo con hechos irreales e insólitos, por lo que sus personajes ascienden a la categoría de símbolos universales.

Los temas de la obra de Kafka son la soledad, la frustración y la angustiosa sensación de culpabilidad que experimenta el individuo al verse amenazado por unas fuerzas desconocidas que no alcanza a comprender y se hallan fuera de su control.

En filosofía, Kafka es afín al danés Sören Kierkegaard y a los existencialistas del siglo xx.

En cuanto a técnica literaria, su obra participa de las características del expresionismo y del surrealismo. El estilo lúcido e irónico de Kafka, en el que se mezclan con naturalidad fantasía y realidad, da a su obra un aire fantasmal y claustrofóbico, como ocurre con La metamorfosis (1915), donde el protagonista se ha convertido en un enorme insecto, o en La colonia penitenciaria (1919), escalofriante fantasía sobre las cárceles y la tortura.

La mayoría de las obras de Kafka fueron publicadas póstumamente. Entre esas obras se encuentran las tres más conocidas: El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927).

La metamorfosis

Fue escrita en dos semanas, en 1912, aunque no se publicó hasta 1915. Cuenta la historia de Gregor Samsa, un viajante de comercio que una mañana se despierta convertido en un horrible escarabajo. Sus padres y su hermana, que viven con él, intentarán ocultarlo en su habitación, hasta que muere. Este sencillo y sin embargo perverso argumento pertenece a una obra que ha adquirido ya la categoría literaria universal. ¿Quién no se ha estremecido con el principio de La metamorfosis?:

Cuando Gregor Samsa despertó una mañana de una noche llena de sueños inquietos, se encontró en su cama convertido en un bicho monstruoso. Estaba tumbado en su dura y coriácea espalda y, si levantaba un poco la cabeza, podía ver su vientre abombado, marrón, dividido por arqueadas callosidades, en lo alto del cual la colcha, a punto de resbalar, apenas podía sostenerse. Sus muchas patas, lastimosamente delgadas en comparación con su normal volumen, se agitaban desvalidas ante sus ojos.

«¿Qué me ha sucedido?», pensó. No era un sueño…

Aunque parezca que la transformación del protagonista sea lo importante, no lo pretendía así el autor, para quien la soledad e inadaptación de Gregor Samsa a la sociedad que lo envuelve sería el tema principal. El individuo y sus vivencias; el individuo y su entorno. Eso es lo importante. A Kafka incluso le obsesionaba que sus lectores no se quedaran en la anécdota de la transformación de Gregor en insecto, de modo que envió una carta al editor que decía:

El insecto mismo no puede ser dibujado. Ni tan solo puede ser mostrado desde lejos. […] Si yo mismo pudiera proponer algún tema para la ilustración, escogería temas como: los padres y el apoderado ante la puerta cerrada, o mejor todavía: los padres y la hermana en la habitación fuertemente iluminada, mientras la puerta hacia el cuarto contiguo se encuentra abierta.

Así que la editorial alemana respetó el deseo de Kafka y presentó en la portada de la obra al padre en bata y tapándose la cara.

Dos elementos son importantes en esta obra: lo onírico y el poder autoritario. Gregor Samsa se encuentra en una situación absurda que parece soñada, pero que es real. Y se encuentra rechazado en su condición por su familia, pues Gregor ya no les sirve, ya no puede ayudarles, luego ellos sienten repugnancia por él, se despreocupan de él, e incluso, cuando muere, sienten alivio y llevan su vida adelante con alivio y sin misericordia.

Kakfa narra todo lo que ocurre con minuciosidad y sin ambages, desde la propia perspectiva del protagonista. Sabemos con detalle cómo son los objetos y el mobiliario, también los problemas de la familia, sus reacciones, etc. La realidad se muestra cruda, tal cual es. Gregorio era un viajante modelo, respetuoso con sus jefes; una persona anodina sometida a la autoridad paterna, pero su transformación le lleva a ser expulsado del trabajo y de la familia, víctima del horror, el asco y el desprecio de todos los que le rodean, de la sociedad entera. Y él, derrotado, incapaz de sobrevivir a esta angustia, acaba sintiéndose culpable, «firmemente convencido de que tenía que desaparecer».

El lector siente toda la angustia aterradora del protagonista, una existencia deshumanizada, sin ápice de cariño, de amor, de comprensión…, un insecto repugnante, sin alma ya, derrotado totalmente.

La metamorfosis

Franz Kafka

I

 

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