biocivilitzacio-cover.jpg

Sandra Campos (ed.)

¡BIOCIVILIZACIÓN
EN MARCHA!

UN NUEVO PARADIGMA
DE CONVIVENCIA PLANETARIA

Este libro ha sido editado en papel 100% Amigo de los bosques, proveniente de bosques sostenibles y con un proceso de producción de TCF (Total Chlorin Free), para colaborar en una gestión de los bosques respetuosa con el medio ambiente y económicamente sostenible.

© Sandra Campos, Chicho Whitaquer, Juan Carlos Monedero, Germà Pelayo,
Giacomo D’alisa, Pep Puig i Boix, Pedro Burruwzo, y Pedro Santana

Diseño de la cubierta: Josep Bagà

Adaptación gráfica: Kris Barnolas

© Icaria editorial, s. a.

Bailèn, 5-5 planta

08010 Barcelona

www.icariaeditorial.com

Primera edición: mayo de 2018

ISBN e-book: 978-84-988886-0-7

Fotocomposición: Text Gràfic

ULZAMA (Navarra)

Índice

Biocivilización: diálogo y articulación

Sandra Campos

I. Laudato Sí y «el otro mundo posible» en clave de Biocivilización

Francisco «Chico Whitaquer»

II. Los enemigos de la democracia: la obscenidad neoliberal

Juan Carlos Monedero

Liberalismo contra democracia

El neoliberalismo como sentido común

La derrota de la democracia como punto de partida de la democracia

El miedo como una herramienta para la construcción de hegemonía

Modulaciones en torno al populismo

Las dificultades de las alternativas

Tres lógicas alternativas desde un pensamiento alternativo

Bibliografía

III. ¿Qué política mundial para la biocivilización?

Germà Pelayo

Biocivilización y sistemas políticos: imaginar el cambio

El desafío de la política mundial

1. Revertir el poder (existente)

2. Reinventar el poder y la democracia

3. Construir una política mundial en consonancia con la biocivilización

Conclusión

IV. Decrecimiento y Biocivilización por la sustentabilidad de la vida

Giacomo D’Alisa

El sujeto antropológico del decrecimiento

El sujeto político del decrecimiento

La sinergia entre biocivilización y decrecimiento

Bibliografía

V. El ecologismo: una nueva concepción del mundo plasmada en la carta de la tierra

Josep Puig i Boix

VI. Construyendo biocivilización.
Once Claves de repudio y de retorno a lo sagrado

Pedro Burruezo

VII. La Fraternidad, el componente vital del modelo...

Sandra Campos

Bibliografía

VIII. La crisis y la política: modelo para armar

Pedro Santana Rodríguez

Una economía al servicio del uno por ciento de la humanidad

La crisis ambiental y los paños de agua tibia: la cumbre mundial del Medio ambiente, cop 21.

La crisis de la política y las preguntas por la estructura de poder y la gobernanza planetaria

Presentación

Biocivilización: diálogo y articulación1

Sandra Campos2

Biocivilización destaca la esencia del floreciente paradigma de convivencia planetaria, en el «cuidado» de la red de la vida, de la que hacen parte de manera interrelacionada e interdependiente, todos los seres vivos: humanos, animales, naturaleza, al igual que la tierra, como ente igualmente vivo y única casa de todas las especies, incluida la humana.

La humanidad con su modelo de vida y consumo, mayoritariamente aceptado y practicado por cada uno de nosotros, está agotando los recursos naturales del planeta Tierra, nuestra única casa común, como la llamo el Papa Francisco en su «Encíclica Laudato Si».3 Esto lo estamos haciendo de una manera irresponsable e inconsciente, por el afán de satisfacer, las que creemos nuestras necesidades y los intereses de quienes nos las crean.

Con la anterior manera de vivir en este planeta, dejamos de darle el tiempo necesario a la Tierra para recuperarse de la huella ecológica que los humanos vamos dejando en ella. «La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos».4 Como bien lo explicó Leonardo Boff (Boff 2015):

[…] En agosto del 2015, fue el «Día de la Sobrecarga de la Tierra» (Earth Overshooting Day). En lo que nos informó la Red de la Huella Mundial (Global Footprint Network) que, junto con otras instituciones como wwf y Living Planet, siguen sistemáticamente el estado de la Tierra. La huella ecológica humana (la cantidad de bienes y servicios que necesitamos para vivir) ha sido sobrepasada. Las reservas de la Tierra se han agotado, y necesitamos 1,6 planetas para atender nuestras necesidades, sin considerar aquellas muy importantes de la gran comunidad de vida: fauna, flora, micro-organismos…. En palabras de nuestro diario vivir: nuestra tarjeta de crédito está en números rojos... Hasta 1961 necesitábamos solamente del 63% de la Tierra para atender nuestras demandas. Con el aumento de la población y del consumo, en 1975 necesitábamos ya el 97% de la Tierra. En 1980, el 100,6%, la primera Sobrecarga de la Huella Ecológica Planetaria. En 2005 alcanzábamos ya la cifra de 1,4 planetas. Y, en agosto de 2015, 1,6 planetas... Sin un cambio de consciencia que nazca de la reflexión profunda por el cuidado de este hogar nuestra casa común, en cada persona del planeta, las probabilidades de un escenario apocalíptico se incrementan para un futuro no muy lejano.»5

Biocivilización se articula con el «Espíritu de cambio de la época en que nos encontramos», como estrategia de búsqueda, diálogo, articulación y construcción colectiva a nivel planetario, de un camino común, que nos ayude a salir de la crisis sistémica que estamos viviendo, de una manera benéfica para la red de la vida, de la cual también hace parte el planeta, sin pretender ser una guía política o académica, mucho menos un decálogo de pasos a seguir; pero sí una respetuosa invitación a avanzar por el camino del cambio esencial, es decir, el camino del cambio de conciencia: radical y pacífico.

Inspirada en las reflexiones que hicieron Leonardo Boff en el Foro Social Mundial, fsm de Belén (Brasil-2009) y Candido Grzybowski (Brasil-2011), Biocivilización se ha ido alimentando en el corto plazo por miles de mujeres y hombres que, de forma individual o colectiva, han estado y están haciendo el cambio de manera concreta en sus prácticas cotidianas y en sus vidas. Este cambio implica varios escenarios que de manera simultánea debemos trabajar, tal como se planteó en el 4to Seminario de Convivencia Planetaria: Construimos Biocivilización, hacia un nuevo paradigma de convivencia planetaria, celebrado en la ciudad de Barcelona en abril de 2016: «Desde adentro hacia afuera y desde abajo hacia arriba.»6 Como lo reflexionó igualmente en su momento el economista, ambientalista y político chileno Manfred Max Neef:

Fascinante saber que si yo cambio puede ocurrir algo en consecuencia que conduzca a un cambio en el mundo. Pero tenemos miedo de cambiar. Siempre es más fácil intentar cambiar a los otros… espero que llegue el día en que cada uno de nosotros sea lo suficientemente valiente para poder decir, con toda honestidad: «Soy, y porque soy me volví parte de …Me parece que este es el camino a seguir si queremos poner fin a una manera estúpida de vivir.7

Esto quiere decir que, efectivamente, todos podemos y debemos contribuir al cambio de convivencia planetaria, comenzando por el espacio interior de cada uno de nosotros/tras, que tiene que ver con la toma de consciencia de lo que está pasando fuera y dentro, que implica aceptar nuestra parte de responsabilidad e igualmente retomar nuestro poder para cambiar las cosas en el mundo que nos rodea de una manera más próxima, aportando mínimamente con ello a los cambios que, se necesitan a nivel planetario. Esto lo conseguiremos en la medida en que sumemos y multipliquemos esfuerzos en el sentido propuesto. En resumen, como dijo Gandhi: «Se tú el cambio que quieres ver en el mundo».

Evidentemente, esto no será suficiente, tendremos que caminar juntos mucho más lejos. Esta tarea será posible a través de la realización concreta y cotidiana de acciones individuales y colectivas, de prácticas e incidencias privadas y públicas… todas ellas permeadas por virtudes éticas como la solidaridad, la responsabilidad, la fraternidad, el respeto, el cuidado… esto hará que cada uno de nosotros afectemos nuestro entorno de una manera diferente en lo interior, lo privado y lo local, espacios donde se desarrolla nuestra vida cotidiana, para finalmente desde allí aportar unos «mínimos», al escenario del cambio global de paradigma, es decir, de la forma que la humanidad tiene de ver y construir el mundo.

Ahora bien estos «mínimos» son muy importantes, porque de la articulación de todos estos cambios de consciencia, de prácticas, de consumos, de incidencia política, tanto a nivel individual, como colectivo, esos mínimos, se irán volviendo más fuertes a nivel local y planetario en la medida en que se sumen y se multipliquen, mediante intercambios, mutuos aprendizajes, articulaciones… de todo lo que ya está en marcha, aprovechando para ello, diferentes canales tanto físicos como virtuales, en los que el diálogo, el intercambio, la reconfiguración, sean posibles. Estoy hablando, por ejemplo, de los movimientos sociales, las conversaciones familiares, los cafés, las plazas públicas, las redes sociales, Internet, las escuelas, las universidades, los espacios de formación, de contemplación…

La reflexión en torno de Biocivilización fue estimulada a nivel planetario, desde ibase (Instituto Brasilero de análisis sociales y económicos), dentro del marco del Taller Internacional: Una Biocivilización para la sostenibilidad de la vida y del planeta, del que resultó un documento con reflexiones de cara a la Cumbre de Río más 20 a celebrarse en ese país en el año 2012.8 Ese Taller trató sobre la base de tres preguntas: ¿Con qué ética? ¿Con qué economía? y ¿Con qué estructura de poder? Las cuales siguen siendo las preguntas referentes para el desarrollo de la reflexión.

Biocivilización también es un planteamiento estratégico que invita a realizar el cambio ahora que todavía estamos a tiempo de girar la historia, evitando caer en el abismo que ya se ha abierto ante nosotros y que Leonardo Boff describe acertadamente de la siguiente manera:

No hay más recursos en Nuestra Casa Común.9 Para completar el análisis debemos tener en cuenta la investigación sobre «Los límites planetarios: una guía para el desarrollo humano en un planeta en mutación», hecha por 18 científicos y publicada en la prestigiosa revista Science de enero de 2015. En ella se enumeran 9 fronteras que no pueden ser violadas, en caso contrario, ponemos en peligro las bases de la vida en el planeta: cambios climáticos, extinción de especies, disminución de la capa de ozono, acidificación de los océanos, erosión de los ciclos de fósforo y nitrógeno, abusos en el uso de la tierra como deforestaciones, escasez de agua dulce, concentración de partículas microscópicas en la atmósfera que afectan al clima y a los organismos vivos, e introducción de nuevos elementos radioactivos (nano-materiales, micro plásticos). 4 de las 9 fronteras ya han sido sobrepasadas, pero dos de ellas: el cambio climático y la extinción de las especies, que son fronteras fundamentales, pueden llevar a nuestra civilización a un colapso. Fue lo que concluyeron los 18 científicos.10

El planteamiento desde Biocivilización y de todos aquellos con quienes se siente afín, es contundente: el cambio global depende de la decisión que cada ser humano tome ahora y de cómo cambie de manera radical sus prácticas, sus valores, su consumo y su participación ciudadana en el ejercicio del poder.

Los escritos que conforman este libro, buscan aportar en las respuestas, desde una perspectiva Biocivilizatoria, a las preguntas planteadas en el marco del taller «Caminos y des caminos para una Biocivilización» (Río de Janeiro, 2009). Ese nuevo paradigma de convivencia planetaria ¿Con qué ética? ¿Con qué economía? y ¿Con qué estructura de poder? Estas reflexiones han sido expuestas por algunos de los participantes del Seminario Internacional de Convivencia Planetaria: Construimos Biocivilización, que bianualmente se realiza en la ciudad de Barcelona y del cual se han llevado a cabo 4 ediciones. La última en el 2016. Entre los que escriben encontramos a Francisco «Chico» Whitaquer (fsm), Cardenal Lluís Martínez Sistach (Laudato Si), Juan Carlos Monedero (15-M), Pedro Burruezo (Biocultura), Giacomo D’alisa (Decrecimiento), Jordi Gascon (Comerció Justo), Pedro Santana Rodriguez (fsm), Pep Boix (Dia de la Terra), entre otros. Se han compilado con la ilusión de seguir sumando esfuerzos y pasos en la construcción de ese otro nuevo modelo de convivencia planetaria: Una Biocivilización … la civilización de la vida.

Barcelona (Caldes d’Estrac), marzo del 2018


1. www.biocivilizacion.org.

2. Humanista, abogada, máster en gobierno de ciudad. Universidad de Barcelona, directora de www.imagocatalunya.org, blog https://sandracampo2013.wordpress.com/ Diretora del 4t Seminari Internacional de Convivència Planetària: Construïm Biocivilització— Barcelona http://www.imagocatalunya.org/seminari-2016/.

3. Documento Laudato si! sobre el cuidado de la casa común. Se puede bajar de: http://m.vatican.va/content/francescomobile/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html.

4. Wikipedia.org/huella-ecológica.

5. Boff, Leonardo. «No hay más recursos en Nuestra Casa Común», 2015. Artículo publicado en la columna semanal de Leonardo Boff http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=727.

6. www.biocivilizacion.org.

7. Max-Neef. Manfred, Desarrollo a Escala Humana (1994) Editorial Icaria. Barcelona.

8. Este documento se encuentra en: Campos, S. (Comp.).(2015). Construimos biocivilización. España: Editorial Icaria. isbn 9788498886467. Autores varios: Whitaker. Chico, Shiva. Vandana, Monedero. Juan Carlos, Santana, Pedro. Grzybowski. Cándido, Muñoz. Manuel Ramiro, azam. Genevieve, Recio. Alberto, Aquí se encuentra el libro: http://www.icariaeditorial.com/libros.php?id=1527.

9. Encíclica del Papa Francisco Laudato sí! Sobre el cuidado de la casa común. Se puede bajar de: http://m.vatican.va/content/francescomobile/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html.

10. Boff, Leonardo. «No hay más recursos en Nuestra Casa Común», 2015. Artículo publicado en la columna semanal de Leonardo Boff http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=727.

Invitación al diálogo biocivilizatorio

I. Laudato Sí y «el otro mundo posible» en clave de Biocivilización

Francisco «Chico Whitaquer»11

En la larga lucha por el «otro mundo posible», la encíclica «Laudato Sí» sobre la cual el Cardenal Monseñor Lluís Martínez Sistach realizó en el marco del 4º Seminario Internacional de Convivencia Planetaria: Construimos Biocivilización (Barcelona, abril de 2016) unas importantes reflexiones, (http://www.imagocatalunya.org/seminari-2016/), ha sido un verdadero regalo de Dios al confirmar, de forma profunda, las razones éticas que mueven a tantos de nosotros frente al desafío ecológico.

Al presentarnos el Papa Francisco de manera tan completa en su encíclica el conjunto de conocimientos que justifican nuestras preocupaciones con el futuro del planeta, nos ha brindado una visión crítica de lo que está pasando, indicándonos claramente la perspectiva que debemos adoptar al mirar el mundo en nuestra búsqueda de caminos. Por lo tanto, no es una sorpresa que muchos de mis amigos ateos consideren el Papa Francisco, al Papa de todos. Con estos encuentros esenciales vamos entre todos avanzando en la construcción de nuevos paradigmas de convivencia y en la afirmación de valores que resignifican la red de la vida, como esencia de la «Biocivilización». Sin embargo, debemos tener consciencia de que estamos aún bastante lejos de la nueva civilización que buscamos, al mismo tiempo que estamos cada vez más cerca de un desastre ecológico y de la consolidación de una extrema desigualdad en la sociedad.

Cuatro grandes obstáculos se yerguen frente a nosotros para que podamos avanzar rumbo a un mundo más justo, pacífico e igualitario:

El primero es el de la dominación prácticamente absoluta en el planeta de la lógica de un sistema económico cuyo centro, objetivo y condición de vida es el dinero. Las decisiones políticas, en lugar de tener como criterio la satisfacción de las necesidades humanas, están guiadas por la búsqueda del equilibrio financiero de los Estados y por las exigencias de los creadores de deudas. El dinero, como invención genial de la humanidad para facilitar la vida cotidiana y las relaciones económicas entre personas y grupos sociales, ha pasado a lo largo de los siglos, de la condición de instrumento al servicio del ser humano, al de dominador impersonal de todos —las llamadas exigencias de los mercados—. La criatura domina hoy a su creador. Todos buscan desesperadamente dinero y se someten a sus reglas, la acumulación gananciosa de capital se ha convertido en objetivo único, sometiendo y pervirtiendo a los gobiernos y a las naciones como un tsunami devastador de recursos naturales en la búsqueda de oportunidades de negocios y de ganancias crecientes, en un clima competitivo exacerbado que destruye el planeta provocando un cuadro de suicidio colectivo.

El segundo obstáculo es la falta de consciencia social de esta dominación a la que todos estamos sometidos. Ella ha sujetado las cabezas y los corazones como si no hubiera alternativa; hemos sido transformados como consumidores, en cómplices de todo ese sistema, buscando poseer siempre más bienes y disponer de cada vez más comodidades. Pero no nos damos cuenta de que el sistema ahora depende enteramente de nuestra capacidad adquisitiva para que su máquina de producción enloquecida pueda continuar, o no, girando. El mundo es ahora una sola plaza de producción y de consumo, en el que los seres humanos parecemos simples piezas de esa enorme máquina, manipulados por poderosas campañas publicitarias o explotados como mano de obra barata, cuando esta mano no puede ser reemplazada por las maquinas.

El tercer obstáculo es la estructura política, con la falencia de la democracia representativa. La Democracia, es el sistema político que se ha afirmado como único camino para la búsqueda de las mejores respuestas a los problemas, y para la definición de los objetivos de las sociedades como colectivo auto gobernado. Pero es muy poco utilizada la democracia participativa o directa, como forma de democracia que podría corregir los errores en las decisiones, provocados por las distorsiones en la representación y por la diseminación de la corrupción de los representantes, que son los que determinan, al final, cómo se utilizan los recursos públicos. Para la mayoría de estos personajes, el objetivo pasa a ser tomar y mantener el poder para apropiarse lo más rápidamente posible del dinero público, lo que ha lacerado la credibilidad de los elegidos. Por este camino los parlamentos se distancian de sus representados, que ya no los ven como la casa de sus representantes, al mismo tiempo que representantes y representados poco se comunican en los procesos decisorios políticos. Por otro lado se sabe que estas clases políticas están utilizando los algoritmos de la informática para el direccionamiento de mensajes en las redes sociales con vistas a manipular resultados electorales, lo que disminuye, cada vez más aún, la legitimidad de la representación. El poder político se queda así en manos de oligarquías que no quieren que las cosas cambien para atender a los intereses de la sociedad en desmedro de sus propios intereses.

El cuarto obstáculo es el creado por el control de los medios de comunicación masivos por parte de esas oligarquías, que no dejan espacio en ellos para que los que se les oponen puedan difundir informaciones, contenidos y programas de educación política y de desarrollo de una ciudadanía consciente y activa. La comunicación se ocupa mucho más de espectáculos que se multiplican impidiendo a las personas pensar, reflexionar y discutir sobre las decisiones políticas a tomar. El desarrollo tecnológico que ha permitido la difusión instantánea de informaciones que vienen sin cesar de todos los rincones del planeta, ocupando todo el tiempo y la mente de las personas, sin dejar espacio para que se discuta lo que está pasando cerca o lejos de nosotros.

* * *

El desafío de los que aún creen que «otro mundo es posible» es ¿Cómo actuar, considerando todos esos enormes obstáculos? Ya no se puede pensar que los medios de lucha política que tradicionalmente hemos tenido: partidos, toma directa del poder, reforma política, van a permitir que evitemos el desastre. Tenemos que utilizar otras estrategias, como la de la acción de la sociedad civil organizada y autónoma en relación a gobiernos y partidos de hecho este es el único actor político que puede efectivamente presionar desde abajo, único camino para obtener cambios, siempre que los movimientos sociales que surjan de esta sociedad civil no sean capturados por las estructuras políticas tradicionales.

Con el Consejo Internacional de lo que llamamos hoy «proceso del fsm», se han venido discutiendo todas estas cuestiones, y sobre el rol de ese «proceso del fsm» en la lucha por la construcción del «otro mundo» que ya vemos no únicamente como posible, sino como necesario y más que urgente. He podido en ese escenario defender la estrategia que consiste en no pretender enfrentarse directamente al sistema y todo su poder sino atacarlo en sus puntos débiles —como, para dar un ejemplo de hoy día, los paraísos fiscales— multiplicando al máximo las acciones de la sociedad civil organizada para denunciar la irracionalidad social de la lógica que domina el mundo, visionando remplazarla por otras formas de organizar la actividad económica, política y social, con una ética diferente donde la práctica de valores como el cuidado, la responsabilidad, la solidaridad y el respeto por la red de la vida de la que habla «Biocivilización», estén en la esencia de la acción.

Para explicar mejor esa estrategia en la cual he dicho que tenemos que pasar a una acción de guerrilla, como la propuso el «Che» Guevara en su tiempo. Lo propuesto por Guevara no se pudo y no se puede realizar por varias razones, entre las cuales el hecho de que incluía la opción de la violencia armada para la toma del poder. Pero la idea de multiplicar al infinito los pequeños frentes de lucha, sería además una forma de hacer crecer cada vez más la movilización de la sociedad y de hacer formación política en la acción, debilitando el poder del sistema sobre las cabezas y los corazones de los seres humanos, hasta que el nuevo paradigma vaya remplazando desde adentro hacia afuera y desde abajo hacia arriba al hasta ahora dominante, hasta que se logre un cambio total de paradigmas de convivencia planetaria.

La historia de los canadienses tiene un episodio que me sirve de referente para explicar luego una metáfora de cómo pienso que podríamos hacerlo. Es la que explica cuando un gran barco de guerra británico, en la lucha con los franceses por el dominio de ese territorio del Nuevo Mundo, se vio impedido para avanzar, debiendo retroceder, al darse cuenta que el gran río en el que había entrado, se encontraba lleno de pequeños barcos con indígenas que se oponían al dominio inglés de sus tierras. La anterior historia me ha servido para construir una metáfora que me ha parecido útil, pensando en el proceso del Foro Social Mundial como iniciativa de la sociedad civil, mirando de tornarla protagonista por entero de la lucha política: El sistema que nos domina es como un enorme portaaviones que se desplaza continuamente por todos los océanos del planeta, imponiendo su orden y sus deseos con las armas que transporta a todos los que viven en las orillas del mar. El Foro Social Mundial no puede pretender ser otro portaaviones de igual tamaño y poder de fuego para enfrentarlo, sino que debe pretender ser un barco de crucero, sin aviones ni drones ni cañones ni fusileros listos para el desembarque en las playas. En este barco del que estoy hablando como metáfora, se encuentran de tiempo en tiempo, un gran número de participantes de luchas sociales de todo el mundo, para intercambiar análisis sobre las debilidades del sistema y sobre alianzas para construir nuevos frentes de lucha. Las organizaciones participantes en este barco de crucero saldrían inmediatamente, al terminar la reunión, en pequeños barquitos para cercar el portaaviones e impedirle seguir navegando.


11. Co-fundador del Foro Social Mundial 2001, premi Nobel alternativo 2006, ex-regidor del Partit dels Treballadors en la Càmera Municipal de São Paulo des de 1989 fins a 1993, membre de la Comisión Brasileña Justicia y Paz i de la Coalición por un Brasil libre de plantas nucleares.