Agradecimientos

a mi madre por la calidez,

a María Teresa Andruetto por su generosidad,

a Gerado Oberto por la amistad de años y años,

a Martin Maigua por la confianza y la música,

a Giuliana Zonni por sus relatos,

a Osvaldo Bossi, Silvio Mattoni, Pablo Dema, y José Di Marco por las lecturas y las conversaciones sobre literatura,

a Gastón Molayoli y Jorge Varela y el Mascaviento por darme un lugar.

Prólogo

Satélites


Para el ojo del astrónomo

somos pequeñas gotas que caen en la tierra

desde un cielo ladeado en sus extremos.

Y para el ojo de los seres queridos

brillan los paneles de los satélites.

No sé explicarlo: es un candado de luz

ahogando la materia oscura.