Emerita

Y ese día llegó Chan Hom
levantando la tierra
de las terrazas de arroz.
Era la estación de las lluvias,
sus sábanas mojadas
por la bruma de mar.
El viento todavía limpiando
la costa. Emerita soñaba
con un dorado hombre
californiano
que la rescata
de los escombros dejados por Chan Hom.
Cruzan el mar y en todas
las cadenas de noticias
es la princesa, la belleza de oriente
rescatada
por el príncipe surfer.
En Minesotta, sus jefas
ven las noticias y se alegran
sinceramente por ella.
Emerita y el príncipe
se mudan a una choza
a orillas del mar. Un mar
que sólo tiene olas
para el amor.
Ella cocina peces y barre la casa
con grandes hojas de palmera
mientras él
parafina su tabla. Desde el cielo
una nube densa
se les acerca: ¡Emerita Uba,
Emerita Uba
despertate!, sos mía y
te vengo a buscar.

Prólogo

Teléfonos (white trash) se llama el mejor tema de Sumo, y es un acompañante ideal para este libro, sobre todo porque la guitarra y la melancólica voz de Luca Prodan remiten a los mismos paisajes evocados por los poemas: nieve, soledad, introspección, un trabajo desgastante, hormigas obreras, teléfonos sonando en habitaciones vacías.