Details
Kant y Foucault. Historiografía, crítica y juridicidad
1. Auflage
13,99 € |
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Verlag: | Grin Verlag |
Format: | |
Veröffentl.: | 20.09.2019 |
ISBN/EAN: | 9783346019622 |
Sprache: | spanisch |
Anzahl Seiten: | 12 |
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Beschreibungen
Ensayo del año 2014 en eltema Filosofía - Teoría (cognición, ciencia, lógica, idioma), Universidad de Buenos Aires (Facultad de Filosofía y Letras), Idioma: Español, Resumen: Un análisis del discutido carácter crítico de la arqueología y la genealogía foucaulteanas a la luz del concepto kantiano de una historia a priori.
Durante mucho tiempo se ha dado por sentado que cualquier movimiento crítico tiene un origen y un destino bien diferenciados y definidos, una direccionalidad: toda crítica implicaría, según esto, partir desde un criterio de lo que es justo, correcto o verdadero según el caso, desde el cual se podría obtener una mirada de lo que fue y de lo que es no meramente descriptiva. Así, se confronta lo que es y lo que fue con lo que debería ser, y a este movimiento que va -supuestamente- desde lo ideal hacia lo real se le ha llamado "crítica". Ahora bien, dicha direccionalidad sólo se justifica si a su vez puede justificarse el punto de partida, es decir, sólo si puede mostrarse que eso que el crítico dice que debe ser no es una mera reacción subjetiva frente a nuestra incomodidad en lo que es, o una fantasía infundada; sino que representa lo que todos creen que debe ser, o, al menos, que todos creerían que debe ser si actuaran y pensaran de la manera "correcta", es decir, si actuaran y pensaran como lo que de todas maneras somos: racionales. La historiografía siempre ha tenido, como sabemos, ciertas pretensiones críticas, y aún mas un cierto tipo de historiografía, que aquí podríamos llamar "filosófica", que al menos desde Voltaire no ha cesado de preguntarse cómo hemos llegado a ser lo que somos y qué posibilidades hay para ser algo distinto de ello.
Nos referimos, claro está, a "esa forma de filosofía" de la que habla Foucault al final de QL, la "ontología de la actualidad".
Durante mucho tiempo se ha dado por sentado que cualquier movimiento crítico tiene un origen y un destino bien diferenciados y definidos, una direccionalidad: toda crítica implicaría, según esto, partir desde un criterio de lo que es justo, correcto o verdadero según el caso, desde el cual se podría obtener una mirada de lo que fue y de lo que es no meramente descriptiva. Así, se confronta lo que es y lo que fue con lo que debería ser, y a este movimiento que va -supuestamente- desde lo ideal hacia lo real se le ha llamado "crítica". Ahora bien, dicha direccionalidad sólo se justifica si a su vez puede justificarse el punto de partida, es decir, sólo si puede mostrarse que eso que el crítico dice que debe ser no es una mera reacción subjetiva frente a nuestra incomodidad en lo que es, o una fantasía infundada; sino que representa lo que todos creen que debe ser, o, al menos, que todos creerían que debe ser si actuaran y pensaran de la manera "correcta", es decir, si actuaran y pensaran como lo que de todas maneras somos: racionales. La historiografía siempre ha tenido, como sabemos, ciertas pretensiones críticas, y aún mas un cierto tipo de historiografía, que aquí podríamos llamar "filosófica", que al menos desde Voltaire no ha cesado de preguntarse cómo hemos llegado a ser lo que somos y qué posibilidades hay para ser algo distinto de ello.
Nos referimos, claro está, a "esa forma de filosofía" de la que habla Foucault al final de QL, la "ontología de la actualidad".