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Sánchez Medero, Gema

Amenazas pasadas presentes y futuras: Las guerras asimétricas / Gema Sánchez Medero [y otros cuatro autores] . – Bucaramanga (Colombia) : Universidad Santo Tomás, 2017.

491 páginas: ilustraciones, gráficas y mapas a color

Incluye referencias bibliográficas (páginas 457-491).

ISBN: 978-958-8477-58-9

Contenido: ¿Qué es la guerra asimétrica?. -- La guerra de guerrillas. -- Ciberguerra y ciberterrorismo. – Guerra biológica, guerra química y bioterrorismo. -- Los modelos asimétricos aplicados al terrorismo. -- Energía y medio ambiente : retos para la seguridad. -- Las guerras por el agua. -- El ser humano como arma : los ataques suicidas. -- Una aproximación al panorama estratégico actual. – Venezuela : estado que apuesta por la “guerra.asimétrica” como una estrategia de defensa.

1. Terrorismo 2. Guerra y sociedad 3. Táctica militar 4. Bioterrorismo 5. Guerra química 6. Suicidas I. Aznar Fernández-Montesinos, Federico II. Gómez de Ágreda, Ángel III. Díaz Alpuente, Fernando IV. Sánchez de Rojas Díaz, Emilio V. Título.

303.625 SDD 23

Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación

CO-BuUST

CRAI, Universidad Santo Tomás de Bucaramanga.

Directivos

Universidad Santo Tomás

Seccional Bucaramanga

Fray Érico Juan MACCHI CÉSPEDES, O.P

Rector Seccional

Fray Oscar Eduardo GUAYÁN PERDOMO, O.P

Vicerrector Académico

Fray José Antonio GONZÁLEZ CORREDOR, O.P.

Vicerrector Administrativo Financiero

Ab. Gladys ROJAS VILLAMIZAR

Secretaria General

ISBN: 978-958-8477-58-9

Edición

© Universidad Santo Tomás

Bucaramanga, Colombia

2017

Libro

AMENAZAS PASADAS

PRESENTES Y FUTURAS:

Las guerras asimétricas

Autores

Gema Sánchez Medero

Principal

Federico Aznar Fernández-Montesinos

Ángel Gómez de Ágreda

Fernando Díaz Alpuente

Emilio Sánchez de Rojas Díaz

Asesora editorial

Denisse Herreño Castellanos

Departamento de Publicaciones

C.P Freddy Luis Guerrero Patarroyo

Director

Diseño y producción gráfica

Centro de Diseño e Imagen Institucional - CEDII

Dis. Graf. Olga Lucía Solano Avellaneda

Directora

Dis. Graf. Jhon Fredy Hoyos Pino

Diseño y diagramación

C.S. María Amalia García Núñez

Corrección de Estilo

Impresión

Grupo Graficor

Bucaramanga

© Derechos reservados

Universidad Santo Tomás

Seccional Bucaramanga, Colombia

Carrera 18 No. 9 - 27

PBX: (+57 7) 6800 801 Exts.: 1312 - 1309

Abril de 2018

Conversión a epub

Mákina Editorial

https://makinaeditorial.com/

Se prohibe la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización expresa del titular de los derechos.

A mis padres, Francisco y Francisca, sin su apoyo, nada de esto hubiera sido posible.

A mi buen amigo el General de División, Pedro Asael Pérez Ravelo, que es el culpable de que me metiera en estos líos.

Contenido

Introducción

1. ¿Qué es la guerra asimétrica?

Gema Sánchez Medero

1.1 Introducción

1.2 El concepto de guerra

1.3 ¿Qué es la guerra asimétrica?

1.4 Las características de la guerra asimétrica

1.5 Los conflictos asimétricos presentes en el mundo actual

1.6 Ganar en una guerra asimétrica

1.7 La prevención de los conflictos asimétricos

2. La guerra de guerrillas

Gema Sánchez Medero

2.1 Introducción

2.2 La guerrilla

2.3 Las teorías de la guerrilla

2.4 La organización, la estrategia y la táctica de la guerrilla

2.5 La fabricación de armas por las guerrillas

2.6 Los grupos guerrilleros en la actualidad

2.6.1 La guerrilla en América del Sur

2.6.1.1 El Ejército de Liberación Nacional
2.6.1.2 Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
2.6.1.3 Sendero Luminoso

2.6.2 La guerrilla en América Central

2.6.2.1 EPB-Macheteros
2.6.2.2 Ejército Zapatista de Liberación Nacional
2.6.2.3 Ejército Popular Revolucionario
2.6.2.4 Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente
2.6.2.5 Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo
2.6.2.6 Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo

2.6.3 La guerrilla en América del Norte

2.6.4 La guerrilla en Europa

2.6.4.1 ETA
2.6.4.2 Irrintzi
2.6.4.3 Frente de Liberación Nacional de Córcega
2.6.4.4 Ejército Republicano Irlandés Auténtico
2.6.4.5 Ejército Republicano Irlandés de la Continuidad

2.6.5 La guerrilla en Asia

2.6.5.1 Talibán
2.6.5.2 Hezb-e-Islami Gulbuddin
2.6.5.3 Resistencia iraquí
2.6.5.4 Jaish-e-Mohammed
2.6.5.5 Movimiento Islámico de Uzbekistán
2.6.5.6 Frente Popular para la Liberación de Palestina
2.6.5.7 Partido de los Trabajadores de Kurdistán
2.6.5.8 Nuevo Ejército del Pueblo

2.6.6 La guerrilla en África

2.6.6.1 Banyamulenge
2.6.6.2 Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda
2.6.6.3 Unión de Fuerzas para la Democracia y el Desarrollo
2.6.6.4 Frente Islámico de Liberación de Oromia
2.6.6.5 Frente para la Liberación Nacional de Ogaden
2.6.6.6 Frente de Liberación Popular de Gambela
2.6.6.7 Frente de Liberación Oromo
2.6.6.8 Movimiento de Resistencia Afrikáner
2.6.6.9 Movimiento de Justicia e Igualdad
2.6.6.10 Movimiento de Liberación de Sudán
2.6.6.11 Yanyauid
2.6.6.12 Ejército de Resistencia del Señor
2.6.6.13 Frente Patriótico Barotse

3. Ciberguerra y Ciberterrorismo

Gema Sánchez Medero

3.1 Introducción

3.2 La ciberguerra y el ciberterrorismo

3.3 La ciberseguridad

3.4 Los Estados se preparan para la ciberguerra

3.4.1 Las oficinas gubernamentales y organismos internacionales de seguridad cibernética

3.4.1.1. Oficinas gubernamentales
3.4.1.2 Organismos internacionales de ciberseguridad

3.4.2 Los sistemas de control como garante de la ciberseguridad de los Estados

3.4.2.1 Echelon
3.4.2.2. Enfopol
3.4.2.3 Carnivore
3.4.2.4 El “Dark Web”
3.4.2.5 Otros sistemas de control

3.4.3 Los cibersoldados: Elementos de defensa y ataque en el ciberespacio

3.5 Los grupos armados se lanzan a la red

3.5.1 Las tipologías de los sitios web de los grupos armados

3.5.2 La construcción de los sitios web de los grupos armados

3.6 El uso pasivo de los grupos armados

3.6.1 La financiación

3.6.2 La guerra psicológica

3.6.3. El reclutamiento

3.6.4 La interconexión y la comunicación

3.6.5 La coordinación y ejecución de acciones

3.6.6 Las fuentes de información y entrenamiento

3.6.7. La propaganda y adoctrinamiento

3.7 Ataques cibernéticos que no ciberguerra

3.8 El ciberterrorismo en el internet profundo

3.9 Medidas de contención de los ciberataques

4. Guerra biológica, guerra química y bioterrorismo

Gema Sánchez Medero

4.1 Introducción

4.2 Los conceptos de “guerra biológica”, “guerra química” y “bioterrorismo”

4.3 La guerra “biológica” y “química”: Los programas de los Estados

4.3.1 La Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS)

4.3.2 Los Estados Unidos de América

4.3.3 El Reino Unido

4.3.4 Francia

4.4 El bioterrorismo

4.4.1 Secta Aum Shinrikyo

4.4.2 Secta Bhagwan Shree Rajneesh

4.4.3 Amerithrax

4.4.4 Al Qaeda

4.4.5 Grupos ecoterroristas

4.4.6 Grupos terroristas de identidad cristiana

4.4.7 Grupos terroristas nacionalistas y separatistas

4.5 El uso de armas biológicas y químicas

4.5.1 Las armas biológicas

4.5.1.1 Agentes biológicos de Categoría A (con arreglo a su actuación)
4.5.1.1.1 El carbunco
4.5.1.1.2 El Botulismo
4.5.1.1.3 La Peste
4.5.1.1.4 La viruela
4.5.1.1.5 La tularemia
4.5.1.2 Agentes biológicos de Categoría B (por sus propiedades)
4.5.1.2.1 La salmonelosis
4.5.1.2.2 El cólera
4.5.1.2.3 La meloidosis
4.5.1.2.4 La ricina
4.5.1.3 Agentes biológicos de Categoría C

4.5.2 Las armas químicas

4.5.2.1 Agentes nerviosos
4.5.2.1.1 El sarín, el tabun y el somán
4.5.2.1.2 Los agentes de la serie V
4.5.2.2 Agentes sanguíneos
4.5.2.2.1 El cianuro
4.5.2.3 Agentes vesicantes
4.5.2.3.1 Lewisite
4.5.2.3.2 Gas mostaza
4.5.2.4 Agentes pulmonares
4.5.2.4.1 El fosgeno
4.5.2.4.2 El cloro
4.5.2.5 Agentes lacrimógenos
4.5.2.6 Agentes incapacitantes

4.6 Seguridad biológica

5. Los modelos asimétricos aplicados al terrorismo

Federico Aznar Fernández-Montesinos

5.1 Introducción

5.2 Las claves del nuevo siglo

5.2.1 La sombra de la Guerra Fría

5.2.2 La globalización como fenómeno incompleto

5.2.3 Falta de consideración hacia el otro cultural

5.2.4 Una visión del mundo en clave religiosa

5.3 El terrorismo como fenómeno asimétrico

5.3.1 El problema de su definición. Características principales

5.3.1.1 Narración y discurso

5.3.2 Terrorismo e imagen

5.3.3. Terrorismo y guerra asimétrica

5.3.4 La respuesta al terrorismo

5.4 Paz y terrorismo

5.5 El fracaso del terrorismo global. Al Qaeda y Daesh

5.6 Conclusión

6. Energía y medio ambiente: Retos para la seguridad

Ángel Gómez de Ágreda

6.1 Seguridad en sentido amplio

6.2 Mundo globalizado

6.3 Seguridad energética y conflicto

6.4 Los conflictos hidráulicos

6.5 Cambio climático, más que calentamiento

6.6 Nucleares, no

6.7 Ecología y desarrollo

7. Las guerras por el agua

Fernando Díaz Alpuente

7.1 Introducción

7.2 La crisis global del agua

7.3 La gobernabilidad global del agua

7.4 Clases de conflictos por el agua

7.4.1 Conflictos entre Estados

7.4.2 Conflictos dentro de los Estados

7.5 Conclusiones

8. El ser humano como arma: Los ataques suicidas

Gema Sánchez Medero

8.1 Introducción

8.2 El terrorismo “suicida”

8.3 Los ataques “suicidas”

8.4 La mujer “suicida”

8.5 El reclutamiento, la motivación y el perfil de los voluntarios “suicidas” islamistas

8.6 La preparación de un atentado “suicida” islamista y su ejecución

8.7 La repercusión de los atentados “suicidas” y las ventajas de este tipo de tácticas

8.8 Contramedidas para evitar en lo posible las operaciones “suicidas”

9. Una aproximación al panorama estratégico actual

Emilio Sánchez de Rojas Díaz

9.1 Introducción

9.2 Los períodos históricos

9.3 Una visión sistemática

9.3.1 ¿Qué es el poder?

9.3.2 El centro de gravedad

9.3.3 Los Estados Unidos de América

9.3.4 China, India y Rusia

9.3.5 Relaciones EE.UU.-Potencias emergentes: Lo que permanece y lo que ha cambiado

9.3.6 Falta de liderazgo global

9.3.7 Competición estratégica. América, China y los otros “ladrillos”

9.3.8 El terrorismo global

9.3.9 Del fracaso de Irak al de Afganistán

9.4 Globalización

9.4.1 Nuevos riesgos y amenazas

9.4.2 El ciberespacio

9.4.3 La geopolítica del petróleo

9.4.4 Estabilidad financiera global

9.4.5 Problemas medioambientales

9.4.5.1 ¿Se está produciendo un cambio político?
9.4.5.2 El Ártico

9.4.6 El nuevo gobierno mundial

9.5 Una visión próxima

9.5.1 El Mediterráneo

9.5.1.1 La “smart defence” de la OTAN o la “pooling & sharing” de la UE
9.5.1.2 El despertar árabe
9.5.1.3 Libia, comienzo y fin del R2P. ¿Una guerra sacra o posheroica?

9.5.2 África del pasado colonial al continente del futuro

9.5.2.1 África subsahariana ¿Un vacío sistémico?
9.5.2.2 Delincuencia trasnacional organizada
9.5.2.3 Sudán ante su segunda división
9.5.2.3 Somalia, terrorismo, piratería, hambre

9.5.3 El sahel AQMI (Al-Qaeda Magreb Islámico) y recursos naturales

9.5.3.1 Tráfico de armas ligeras y saqueo de recursos

9.6 América Latina

9.6.1 ¿El patio trasero de EE.UU.?

9.6.1.1 El reconocimiento de Cuba
9.6.1.2 El fin de la era de la Doctrina Monroe
9.6.1.3 Papel futuro de los EE.UU. en América del Sur

9.6.2 China y la geopolítica de los recursos de América Latina

9.7 Conclusión

10. Venezuela: Estado que apuesta por la “guerra asimétrica” como una estrategia de defensa

Gema Sánchez Medero

10.1 Introducción

10.2 La transformación de la Fuerza Armada Nacional (FAN) en la Constitución de 1999

10.3 La dimensión de la seguridad en Venezuela: La defensa y desarrollo integral

10.4 La dimensión de la seguridad en Venezuela: El concepto y estrategia de la guerra asimétrica

10.5 La milicia bolivariana toma como ejemplo a Cuba e Irán

10.5.1 Las Milicias de Tropas Territoriales, las Brigadas de Producción y Defensa y el Ejército Juvenil de Trabajo

10.5.2 La Milicia Basij

Referencias

Introducción

Los atentados del 11-S volvieron a poner en boga el término “guerra asimétrica” para hacer referencia al enfrentamiento entre fuerzas regulares e insurgentes. Un tipo de guerra que no libra los ejércitos equipados, sino milicias reclutadas por jefes autocráticos; las armas que emplean son de bajo coste, el campo de batalla se extiende por distintos espacios y los ataques tienen un carácter menos militar. Unas características que permiten a los más débiles hacer frente a los más fuertes, incluso, ponerlos en jaque. Dado que con la guerra asimétrica la violencia se propaga y penetra en todos los ámbitos de la vida social, y todo porque la parte más débil usa la comunidad como cobertura y base logística para dirigir ataques contra un aparato militar superior.

No obstante, hay que señalar que la guerra asimétrica no es un fenómeno nuevo sino que se remonta a hace siglos. La cuestión es que ahora el hecho se ha visto agravado como consecuencia de la ofensiva iniciada por el DAESH para dañar la forma de vida occidental. Sus atentados han venido a dejar patente algo que era una crónica de una muerte anunciada, los países desarrollados son altamente vulnerables, y para generar el pánico entre la población civil de los mismos solo es necesario atentar en cualquier sitio donde haya mucha gente, o una infraestructura crítica, etc. Prácticamente cualquier objetivo es susceptible de poder sufrir un ataque terrorista, y eso hará que las guerras del siglo XXI sean predominantemente asimétricas, a diferencia de las anteriores que eran de carácter casi exclusivamente simétrico. No obstante, como escribió Clausewitz, cada tiempo tiene su forma particular de guerra.

De ahí que el objetivo de esta obra sea analizar qué es la guerra asimétrica y qué formas adopta esta, y cómo pueden afectar a la seguridad de la sociedad internacional actual. Esta peculiaridad hace que el libro cuente con potencial proyección tanto internacional como nacional, porque la guerra convencional ya ha dado paso a la guerra asimétrica, hasta el punto que muchos Estados están pensando muy seriamente en prepararse para este nuevo tipo de guerrear, más cuando muchos consideran que los conflictos armados interestatales parecen haber llegado a su fin, pero no así los conflictos violentos e intraestatales.

Las guerras entre Estados prácticamente han desaparecido, tal es así, que, por ejemplo, en el 2011 solo cabría señalar el litigio entre la India y Pakistán por Cachemira. Es más, la mayoría de los conflictos actuales tienen como fondo demandas de autogobierno o independencia, luchas por el poder político o por conseguir una mayor democratización del país, o la consolidación de procesos de paz, los conflictos étnicos, religiosos y culturales, los recursos naturales y la desigualdad económica, y por supuesto, los ataques terroristas que está viviendo Europa. Por tanto, el concepto tradicional de guerra ha cambiado hasta el extremo que la seguridad geoestratégica ya no solo contempla los conflictos convencionales, sino que ahora además debe contar con planes de contingencia y prevención para hacer frente a las nuevas amenazas, que además, son de diferente índole, como las bacteriológicas, las cibernéticas, los ataques suicidas, etc, y la proliferación de actores, terroristas, narcotraficantes, hackers, ejércitos privados, entre otros.

Este es el motivo por el que este libro nace con la ambición de convertirse en el primer libro monográfico científico sobre guerra asimétrica, escrito en habla hispana, que intenta dar una explicación a todas estas cuestiones que acechan y ponen en peligro a la seguridad internacional, y lo que es más importante, en muchos de los casos, ha trasladado el campo de batalla a nuestra vida cotidiana. Es cierto, que existen algunos artículos que aluden a esta temática desde alguna de sus perspectivas, normalmente hacen mención a la acción de los grupos terroristas actuales. Pero no existe ninguna obra que abarque el tema en toda su dimensión, como sucede con la obra que aquí se presenta. Tal es así, que en un primer momento se define e identifica qué es la guerra asimétrica, cuáles son sus características, cómo se puede ganar y qué medidas hay que adoptar para prevenirla. En segundo lugar, se analizará todo lo que implica la guerra de guerrillas, y las formas de guerras que podrían ser predominantes en este siglo XXI, la ciberguerra y ciberterrorismo, la guerra biológica, química y el bioterrorismo, el terrorismo en sí mismo, el medioambiente y la guerra del agua, y el ser humano como arma. Contenidos que no solo serán abordados desde una perspectiva teórica, sino que también tendrán una aplicación práctica que va más allá de la simple enumeración de casos. Dado que entender la guerra y sus tendencias es clave para evitar la derrota. En tercer y último lugar, no podría faltar el abordaje de cómo se ha visto transformado el panorama estratégico actual y qué factores han inducido a ello, al igual que se pone de manifiesto cómo un primer Estado ha decidido apostar claramente por esta forma de hacer la guerra, Venezuela.

Además llegados a este punto no se puede obviar mi agradecimiento a los distintos especialistas de reconocido prestigio que han colaborado en esta obra, y que sin su participación no hubiera sido posible. Me estoy refiriendo a Federico Aznar Fernández-Montesinos (capitán de Corbeta, Instituto Español de Estudios Estratégicos); Ángel Gómez Ágreda (coronel del Ejército del Aire); Fernando Díaz Alpuente (consultor del Agua) y, Emilio Sánchez Rojas Díaz (coronel de Artillería, Instituto Español de Estudios Estratégicos). De nuevo a todos ellos, gracias por su entusiasmo y enorme paciencia y comprensión.

1.   ¿Qué es la guerra asimétrica?

Gema Sánchez Medero*

1.1 Introducción

Hasta hace bien poco, las concepciones de guerra que predominaban eran las clásicas. Pero debido a los desequilibrios existentes entre los poderes políticos, económicos y militares, y sobre todo, los hechos acaecidos a raíz de los atentados del 11-S, han aparecido nuevas formas de conflicto armado que están viniendo a contradecir las teorías de guerra que hasta ahora eran aceptadas y compartidas en las sociedades occidentales. Hecho que se ha visto agravado como consecuencia de la ofensiva iniciada por el DAESH, principalmente en Europa. En estos momentos, términos como “guerra asimétrica”, “guerra de cuarta generación”, “guerra de red”, “guerra irregular”, entre otros, están siendo empleados para explicar o definir los nuevos conflictos emergentes.

De manera que ahora más que nunca vuelve a tomar relevancia la llamada “guerra asimétrica” o la guerra entre lo infinitamente poderoso y lo infinitamente débil desde una óptica convencional. Así, la repercusión mediática, social y política de los atentados acontecidos el 11-S han popularizado, incluso ha dado a conocer al gran público la llamada “guerra asimétrica”. Pero aunque este suceso haya sido el de mayor espectacularidad y notoriedad, no es el único conflicto asimétrico que se ha producido en la última década del siglo XX. Tal es así, que se podrían mencionar otros ejemplos que hacen alusión a esta forma de lucha, como: la guerra de Chechenia (1994-1996), la guerra de Somalia (1993), la guerra de Kosovo (1996-1999) o la “Intifada” (1987-1991), ya que todos ellos cumplen con las características que se presuponen normalmente a este tipo de enfrentamientos.

Por tanto, actualmente el espectro del conflicto armado se ha ampliado a dimensiones que van más allá de la puramente militar. No obstante, en este nuevo escenario los ejércitos siguen siendo la principal herramienta de los Estados a la hora de aplicar su fuerza hacia el exterior, el problema es que ahora ya no solo se enfrentarán a otros ejércitos regulares, sino que también tendrán que hacerlo frente a otro tipo de entidades que se caracterizan por su carácter transfronterizo y difuso, como son: los grupos armados, los terroristas, las guerrillas, las organizaciones criminales, los movimientos de carácter étnico, etc. Lo que dificulta indudablemente el poder de represalia del Estado agredido, y por tanto, el poder militar estatal parece haber perdido una gran parte de su utilidad, no solo en el caso de la guerra nuclear, o la convencional interestatal, sino también, y sobre todo, en la guerra contra entidades no estatales. Con esto no estamos queriendo decir que la famosa triada de Clausewitz (ejército-gobierno-sociedad) no siga estando vigente, pero ya no es válida para estas nuevas formas de guerra. Y de ahí, que la “Ley de Ascensión a los Extremos” clausewitziana necesite unos ajustes profundos, más aún cuando hoy en día, la mayoría de los conflictos que se producen en el mundo son “conflictos de baja intensidad”.

1.2 El concepto de guerra

El término “guerra” se asocia a un concepto jurídico que hace referencia al conflicto armado entre dos Estados, denominados “beligerantes”, y que tiene como finalidad hacer valer un determinado objetivo, utilizando medios que el Derecho Internacional Público reconoce y regula en el denominado “Derecho de Guerra” (Centeno, 2007, p.36). Por tanto, la noción de “guerra” se encuentra vinculada a términos como combate, batalla o lucha, e indudablemente esto implica una ruptura de la paz y un paso hacia un enfrentamiento con todo tipo de armas y que suele producir un enorme número de muertes. Por tanto, la guerra puede ser definida como un acto de fuerza para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad. Con lo cual los objetivos de la guerra son: el desarmen del enemigo, entendido este como el fin de su disposición para seguir combatiendo; la conquista del territorio adversario con el objetivo de privar al enemigo de fuerzas y recursos para continuar la guerra; y la defensa del territorio propio.

Así, se podría llegar a afirmar que las características de la guerra clásica son: la simetría, el método, la logística, la aplicación de los principios de la guerra y los niveles de esta. La primera hace referencia a cómo en una guerra clásica las fuerzas enfrentadas utilizan técnicas y tácticas convencionales, luchan en un teatro de operaciones con un frente definido y con un objetivo claro. La segunda, el método de lucha, se encuentra condicionado por el derecho internacional humanitario. La tercera, comprende la destreza de emplear los recursos para el sostenimiento de la guerra y el despliegue de los medios en el terreno para facilitar la maniobra. La cuarta característica, los principios de la guerra, guardan relación con el objetivo (lo que se espera obtener si se gana la lucha), la ofensiva (el ataque), la masa (la concentración del máximo poder de combate en el espacio y en momentos decisivos para obtener significativas ventajas sobre el adversario), la economía de fuerzas (la adecuada distribución del poder militar en el campo de batalla), la maniobra (la colocación del enemigo en una posición de desventaja mediante la aplicación flexible del poder de combate de acuerdo con la disposición y medios del enemigo, el terreno y el ambiente operacional) (Sohr, 1990, p. 30), la unidad de combate (la necesidad de un líder que vele por la consecución de los objetivos marcados), la seguridad (el impedimento de que el enemigo consiga una ventaja imprevista), la sorpresa (el ataque inesperado), y la sencillez (la elaboración y puesta en marcha de planes sencillos). Y la quinta, los niveles básicos de la guerra, corresponde a la estrategia (la consecución del fin de la guerra) y la táctica (la conducción de los combates).

En consecuencia, conceptualmente la guerra implica: a) Estados nacionales; b) ejércitos con capacidad de fuego, tropa y emplazamiento para entrar en conflicto con otros Estados; c) diferencias entre Estados, las cuáles resultan imposible de resolver por la vía de la negociación o la intermediación de terceros; y d) disposición de las partes en conflicto a aceptar como válidas las normas que establece el derecho internacional. Por tanto, el concepto de guerra excluye las disputas entre bandos pertenecientes a un mismo país, al valorarlas a estas como conflictos externos; las medidas de orden jurídico-militar que un régimen establece para someter a grupos insurrectos que operan contra el gobierno establecido en un país; la participación de una Fuerza Armada Nacional en la conformación de una fuerza multilateral organizada por la ONU o cualquiera de los tratados militares internacionales aceptados por el derecho internacional; y las acciones de cooperación militar o gestión armada para intervenir en un conflicto interno en razón del coste de vidas o implicaciones geopolíticas para la región.

Pero esta concepción de guerra, como hemos dicho, solo hace referencia a la confrontación entre dos Estados que aceptan las reglas internacionales y emplean tácticas militares similares, es decir, estamos hablando de la guerra regular o clásica. Pero también puede darse el caso de una lucha entre un Estado que cuenta con una gran fuerza armada y otro pequeño con un poder militar inferior. Al tratarse de guerra entre Estados, este escenario podría incluirse en la forma de guerra regular, sin embargo, un enfrentamiento militar con tácticas y doctrinas regulares entre estas fuerzas, sería inapropiado para el Estado que se encuentra con inferioridad de fuerzas, ya que su poder militar sería arrasado en poco tiempo y no tendría ninguna posibilidad de éxito (Centeno, 2007, p. 37). Por eso, el Estado débil debe recurrir a un arte de guerra distinto, asociado a las tácticas de guerrillas, o de desbalance, dándole entonces a esta forma de guerra el carácter de irregular (Centeno, 2007, p. 37).

No obstante, normalmente la “guerra irregular” no se produce entre Estados, porque esta se aleja de la doctrina clásica. Es más factible que ocurra entre una fuerza armada formal de un país y un adversario no formal. Por tanto, la guerra asimétrica tiene unos elementos definitorios: los adversarios son Estados, eso sí uno de ellos cuenta con una fuerza superior y otro con un poder inferior; el espacio donde se desarrolla es principalmente el territorio del Estado que tiene el poder inferior, allí ocurre la ocupación y el contacto físico, aunque en el espectro internacional se despliega la fuerza intangible de ambos contendientes; y las tácticas empleadas por el Estado fuerte corresponden a la guerra regular, aunque en el desarrollo de las acciones puede recurrir al combate irregular, mientras que el Estado ocupado emplea principalmente tácticas de guerra irregular o tácticas asimétricas (Centeno, 2010, p. 78).

1.3 ¿Qué es la guerra asimétrica?

La primera vez que apareció el término de “guerra asimétrica” en una publicación especializada fue en 1995. La revista estadounidense Joint Warfare of the Armed Forces utilizó dicho concepto para hacer referencia a aquellas contiendas armadas en las cuales se enfrentan fuerzas disímiles, en el sentido de terrestres versus aéreas, aéreas versus navales, etc. Por tanto, para EE. UU. la “guerra asimétrica” consiste en el enfrentamiento entre adversarios de desigual potencia, y en dicha confrontación se incluye modos de acción no tradicionales, la elusión de la fuerza adversaria y la explotación de sus vulnerabilidades. De este modo, “guerra asimétrica” sería un modus operandi destinado a obstaculizar el empleo de medios militares clásicos y a privar a las fuerzas norteamericanas de una victoria decisiva, rápida y poco costosa en pérdidas humanas (Fatjó y Colom, 2008, p. 65). En cambio, para el Reino Unido, la “guerra asimétrica” es el empleo de métodos no convencionales (misiles balísticos y ADM) contra las fuerzas armadas o la población civil británica (Fatjó y Colom, 2008, p. 65). Para Francia, la definición hace referencia a la acción de los actores estatales o no estatales que disponiendo de un potencial militar inferior, buscan eludir las defensas francesas y explotar sus vulnerabilidades por todos los medios posibles, incluyendo los no militares (Fatjó y Colom, 2008, p. 65). Para España, la guerra asimétrica supone: una “forma sucia” de hacer la guerra de aquellos adversarios que no pueden esperar ninguna posibilidad de victoria en un combate convencional y recurren a métodos ajenos a las leyes y usos de la guerra (Ballesteros, 2007, p. 68); un método de combate en el que se utilizan procedimientos que permiten aprovechar al máximo las ventajas propias y las debilidades enemigas (Mezt y Douglas, 2001); y una forma de guerra que es difícil de definir, pero que se basa en lo inusual, lo inesperado y en procedimientos ante los que no resulta fácil una respuesta mediante fuerzas y métodos convencionales (Gray, 2002). Incluso, la Unión Europea no está ajena a esta preocupación por la guerra asimétrica, y en el punto 4 de la Resolución B5-0698/2001 del Parlamento Europeo sobre los resultados de la reunión informal del Consejo Europeo, celebrada en Gante el 19 de octubre de 2001, pide a la Comisión, al Consejo y a los Estados miembros que, ante la cambiante situación internacional en materia de seguridad, traten cuestiones como los “conflictos asimétricos” en los que los participantes no son Estados pero pueden recibir apoyo o cobijo en Estados (Cabrerizo, 2002, p. 3).

Incluso Clausewitz consideraba que era posible recurrir a este tipo de guerra en algunas circunstancias especiales. Se refería a la guerra de liberación contra una invasión extranjera que es librada en el interior del propio país cubriendo gran parte de su extensión, aprovechando la configuración geográfica del territorio y siempre que la contienda no se decida en una única batalla (Nieves, 2006, p. 18). Eso sí, su recomendación sobre la posibilidad de conformar destacamentos irregulares se ceñía al marco legal, esto es, proponía su existencia subordinada al Estado y su ejército regular (Nieves, 2006, p. 18).

Mao Tse Tung también hizo referencia a esta forma de lucha, sin embargo, a diferencia de Clausewitz, como guerra revolucionaria. Mao trabajó teóricamente sobre la inversión progresiva de la relación de fuerzas, partiendo del presupuesto que las fuerzas revolucionarias, en un principio, tenían una desventaja respecto a las fuerzas estatales del régimen, transitando desde la defensa, pasando por el equilibrio estratégico y hasta la aniquilación del enemigo con la contraofensiva, cuando el defensor se transformaba en atacante (Tse Tung, 1972). De esta manera, efectúa una reflexión desde un momento asimétrico desfavorable (defensiva estratégica) hasta otro de asimetría favorable, de una asimetría estratégica negativa a una asimetría estratégica positiva (ofensiva estratégica) (Nieves, 2006, p. 20). Ya que la fuerza revolucionaria surge como una organización irregular, pero con la prolongación del conflicto esta trata de revertir la relación de fuerzas iniciales con la consecución de pequeñas batallas, o evitando ser derrotada.

Aunque la gran obra teórica sobre la materia es el libro La guerra más allá de las reglas: Evaluación de la guerra y de los métodos de la guerra en la era de la globalización, escrito por dos coroneles chinos, Oiao Liang y Wang Xiangsui, en 1999. En ella, ambos se limitaron a propugnar el empleo de cualquier clase de lucha sin tener en cuenta ninguna objeción ética ante una potencia abrumadoramente superior en fuerza, tecnología o influencia diplomática, de manera que se pudiera anular la superioridad del adversario. Con lo cual esta forma de lucha no enfatiza en la búsqueda de una paridad de fuerzas sino en la utilización de tácticas no convencionales. Aunque lo que en un principio parecía una idea descabellada, la actuación al margen de las reglas de juego y de las fronteras, se ha convertido en el santo y seña de los más débiles contra los más poderosos.

Por tanto, los conflictos asimétricos no son otra cosa que un enfrentamiento entre fuerzas de distinta capacidad y tamaño, y como tal recurren a estrategias diferentes, que en el caso de la más débil se escapa a los métodos convencionales. Aunque todavía no existe un consenso a la hora de definir y explicar esta estrategia de lucha. Tal es así, que por ejemplo, en 1997 Paul F. Herman la define como “un conjunto de prácticas operacionales que tiene por objeto negar las ventajas y explotar las vulnerabilidades (de la parte más fuerte), antes que buscar enfrentamientos directos […]”. Un año después, Charles Dunlap (1998) añade un elemento más, al considerar que los retos asimétricos son cualquier método de lucha no convencional o barato que es usado para evitar las fortalezas del contrario y explotar sus vulnerabilidades. En este mismo sentido, Jonathan B. Tucker (1994) sostiene que “consiste en aprovechar parte de la debilidad del adversario recurriendo a armas y tácticas innovadoras y baratas a la vez, concebidas para debilitar la determinación del poderío del más fuerte y su capacidad para utilizar de manera eficaz su superioridad en términos de medios convencionales”. Colin S. Gray (2002) lo considera como “un método de combate difícil de definir pero que se basa en lo inusual, lo inesperado y en procedimientos ante los que no resulta fácil una respuesta mediante fuerzas y métodos convencionales”. Para Chenery (1999) los retos asimétricos vienen a ser cualquier método no convencional o barato usado para evitar fortalezas y explotar vulnerabilidades. Antonio Cabrerizo Calatrava (2002) da un paso más allá porque, para él, la guerra asimétrica surge cuando concurre todo lo anterior y se adoptan formas de combate diferentes en su concepción y en su desarrollo. Pablo Bonavena (2006) señala que se califica como asimétrico a un conflicto en el cual la respuesta de uno los protagonistas frente a su oponente no enfatiza en la búsqueda de una paridad de fuerzas sino en el empleo de tácticas no convencionales.

No obstante, la definición más acabada plantea que la asimetría implica

actuar, organizar y pensar de manera diferente al adversario para maximizar los esfuerzos relativos, tomar ventaja de sus debilidades y adquirir mayor libertad de acción. Puede ser política/estratégica, militar/ estratégica, operacional o una combinación que implica distintos métodos, tecnologías, valores, organizaciones o perspectivas de tiempo. Puede ser a corto o a largo plazo. Puede también ser discreta o complementada en conjunto o con aproximaciones simétricas y tener una dimensión tanto psicológica como física (Metz, 2002).

En cualquier caso, todas las definiciones que existen hacen referencia al menos a uno de estos elementos: las distintas estrategias bélicas empleadas, la explotación de las debilidades del adversario y las diferencias de tamaño entre los contendientes. Pero eso no significa que exista un conflicto asimétrico solo por la existencia de una desigualdad numérica, tecnológica o de meros procedimientos entre las partes enfrentadas, sino cuando estos adoptan formas de combate diferentes en su concepción y en su desarrollo.

Así, atendiendo a todas estas definiciones, un conflicto será asimétrico cuando los contendientes presenten capacidades muy diferentes, obviamente, la parte potencialmente de mayor fortaleza tratará de conseguir que la lucha discurra en términos clásicos, porque de esta manera tendrá asegurada la victoria; en tanto que la parte más débil, consciente de su impotencia en el terreno militar clásico, tratará de plantear y exportar el conflicto a otros ámbitos con el objetivo, más que de obtener la victoria, de hacer que el sostenimiento del conflicto no resulte rentable al adversario. De esta forma, el rival más débil buscará la dispersión de sus fuerzas, diluirá estas con la población civil con el objeto de que sean pocos los puntos donde pueda ser vulnerable, al tiempo que se beneficiará (en términos de propaganda y de simpatía de la población residente) de los daños colaterales que el uso de la fuerza mayor provoca. Con el único fin de intentar desgastar, debilitar y obtener ventajas actuando de forma no convencional y mediante éxitos puntuales de gran trascendencia en la opinión pública, agotar al adversario prolongando el conflicto, recurrir a métodos alejados de las leyes y usos de la guerra o emplear de armas de destrucción masiva (Cabrerizo, 2002, p. 6). Todo ello con el objetivo principal de influir en la opinión pública y en las decisiones políticas del adversario.

Una doctrina, donde las fuerzas regulares deben enfrentarse con elementos desconocidos que operan con la sorpresa tanto en métodos como en objetivos militares convencionales. Esto puede hacer que un gran ejército pierda su poderío frente a un enemigo irregular o no tradicional. Con lo cual, la guerra asimétrica obliga a reconsiderar la forma de ataque y defensa, ya que esta viene a cuestionar la efectividad de las teorías y doctrinas clásicas que consideraban que la guerra se producía solamente entre fuerzas regulares.

Pero el tema de la guerra asimétrica no es nuevo. Es más, se podría llegar a afirmar que todos los conflictos son asimétricos, ya que el parque de armamento y los sistemas de armas siempre suelen ser dispares. En todo caso, la historia militar está llena de ejemplos de conflictos asimétricos, como el caso del pueblo español contra el invasor napoleónico, los independentistas americanos que llevaron a cabo una guerra irregular contra la infantería inglesa, o más recientemente, los comunistas vietnamitas minando la retaguardia americana con la propaganda (Cabrerizo, 2002, p. 5). Incluso en el antiguo testamento se narra cómo el ejército del Rey Saúl no se atrevía a enfrentarse a las fuerzas de los filisteos, y solo un joven pastor David aceptó el desafío y venció a Goliat.

No obstante, y pese a lo que se acaba de mencionar, son muchos los que siguen considerando la guerra asimétrica como una doctrina nueva. En primer lugar, por el protagonismo de los actores no estatales en los conflictos recientes. Afirmar esto, solo sería posible si se obvia la historia de la guerra, ¿a quién se enfrentó César en las Galias a “actores estatales”?, o el ¿FLN argelino era un “actor estatal”? (Fatjó y Colom, 2008, p. 68). En segundo lugar, la privatización, pero al igual que en el caso anterior, habría que preguntarse ¿si no muchas de las unidades militares que combatieron en la Guerra de los Treinta Años eran ejércitos privados que suscribieron un contrato con los Estados para la campaña bélica? (Fatjó y Colom, 2008, p. 68). En tercer lugar, la población civil como objetivo de las acciones bélicas. Con frecuencia se afirma que desde la II Guerra Mundial, incluida esta última, los civiles constituyen el grueso de las víctimas producidas por las guerras y que este balance no ha hecho más que agudizarse en los últimos decenios (Fatjó y Colom, 2008, p. 69). En cuarto lugar, la participación de la población civil en la defensa de sus Estados. La guerra de independencia de España es un claro ejemplo en el que el Ejército francés y sus aliados europeos tuvieron que enfrentarse a una guerra irregular con las guerrillas españolas. En quinto lugar, la creciente importancia del marco urbano como escenario de los conflictos. Entonces que ocurría en la Edad Media, ya que las guerras medievales eran mucho más guerras de asedios que batallas en campo abierto, y lo mismo se puede afirmar de la Guerra de los Ochenta años entre la monarquía de los Austrias y las Provincias Unidas (Fatjó y Colom, 2008, p. 70). Por tanto, la guerra asimétrica no consiste en una nueva forma de lucha, lo que sucede es que ahora parece ser la predominante, y esto está provocando que los países occidentales ahora sean más vulnerables ante el surgimiento de estas formas de guerrear, donde los nuevos enemigos se escapan a la amenaza de la disuasión nuclear propia de la Guerra Fría.

1.4 Las características de la guerra asimétrica

La estrategia y la táctica asimétrica: