Sebastian David Fierro Castillo

 

Mundanae

 

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Primera edición: enero de 2020

 

© Grupo Editorial Insólitas

© Sebastian David Fierro Castillo

 

ISBN: 978-84-17799-32-8

ISBN Digital: 978-84-17799-33-5

 

Difundia Ediciones

Ramiro II, 6

28003 Madrid

info@difundiaediciones.com

www.difundiaediciones.com

 

Prólogo

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

 

 

Prólogo

Lo que queda de una ciudad de ciento cincuenta mil personas se ve a la distancia, envuelta en llamas mientras su población la evacua con desesperación, las personas que lograron salir solo son capaces de ir hacia los botes en el puerto de su ciudad carbonizada casi en su totalidad, lo que una vez fue una constante roca blanca pulida que reflejaba el cuidado de la ciudad ahora estaba mayormente cubierta de hollín, escombros, fuego y cuerpos. Mientras el caos se desataba a sus anchas por las antiguas calles tranquilas el ahora único punto denominado seguro era la zona de muelles de esta ciudad costera, protegida por una doble puerta reforzada de acero y madera, el único guardia personal de la realeza que queda con vida trata de cumplir su deber con su rey intentando convencerlo de que tome un lugar en un bote y se ponga a salvo, pero este no tenía tales pensamientos.

– Su majestad, usted, la reina y la princesa deben retirarse a los botes con las demás personas, ¡son la prioridad! –

¡Qué clase de rey soy si dejo morir a toda mi gente, yo no me retirare! –

La gente estaba aterrada, pero seguía siendo capaz de tomar decisiones. Tiraban los cargamentos de los barcos por la borda para crear el mayor espacio posible para las personas que intentan subir de manera desesperada, aunque solo desechaban lo menos importante, comida, armas y registros textuales de un muy alto valor eran conservados en los almacenes internos de carga de las embarcaciones. Aun con toda la situación se podía escuchar peleas en todas partes.

¡Olvida las gemas, idiota!, ¡¿acaso quieres morir por ellas?! –

¡Estas son gemas de golem de montaña son más valiosas que tu vida o la mía, deben ser conservadas sin importar el coste! –

En un instante un silencio se apodero del puerto en cuanto las personas comenzaron a escuchar que las luchas pararon de sonar en el otro lado de la puerta. El rey supo inmediatamente lo que significaba eso, pues los únicos que quedaban del otro lado de la puerta era su guardia personal de elite de draconidos, quienes se quedaron a propósito con tal de crear tiempo para la evacuación aun sabiendo que eso significaba la muerte segura, solo el capitán de su guardia se quedó con el cómo último recurso junto a unas pocas unidades de infantería que ya estaban designadas a los muelles poco antes que la ciudad estuviera bajo ataque y la defensa cayera velozmente ante la ofensiva de la líder enemiga.

¡Lanceros!, ¡formen una barrera anti caballería frente esa puerta!, ¡ballestas detrás de ellos listos para disparar! –

¡Ya oyeron a su majestad! –

– Arce, ¿qué haces? ¡debemos irnos!

La reina con su hija en manos pregunta a su esposo con preocupación, mientras trata de calmar a su pequeña princesa que se encontraba llorando. Si alguien la viera en este momento dudaría que hace solo un par de horas estaba dando a luz a esa pequeña beba.

– Luxaurea llévate a Aeris a la isla Castellum no será mucho, pero esta vez yo les daré tiempo junto a lo que queda de estos hombres. Asegúrense de llegar a la isla. –

– Estás loco si crees que te voy a dejar luchar contra ella por tu cuenta.–

– ¿Y quién va a cuidar de nuestra niña si ambos moriremos en este lugar? –

Mientras que los dos llevaban una discusión innecesaria de amor en plena evacuación, las dos puertas de seis metros reforzadas se hicieron añicos llevándose también el montante de la muralla, he hizo que los escombros se volvieran proyectiles letales de roca y madera que impactaron a gran parte de los lanceros formados delante de ella y llegando hasta los ballesteros que estaban detrás, deshaciendo la formación con la consecuencia que solo unos pocos hombres lograron levantarse con heridas menores.

Al instante y sin esperar a que el polvo se dispersara, entro una única mujer a quien ambos gobernantes ya conocían, piel blanca como la nieve y su cabello por igual manera esplendoroso y limpio de manera en que manchas de sangre roja se distinguían a la perfección como una grotesca pintura, en una manera complicada de comprender su vestido de color vantablack era a su mismo tiempo una armadura extraña, una mujer que cualquiera podría calificar como hermosa pero ese era lo que menos importaba en la situación actual pues su solo tranquilo caminar emanaba un aura total de muerte, tanto que la roca bajo ella se resquebraja por el solo hecho de soportar las pisadas de esa mujer, esa sensación de que si alguien luchaba con ella era un suicidio total llevaba juego con el hecho que se materializo una larga pero delgada espada negra desde una nube oscura de la completa nada, mientras caminaba en dirección de los reyes con su total calma, pero ella no miraba en dirección de los monarcas, tenía su mirada puesta justo sobre esa pequeña niña. Las personas solo sucumbieron al pánico debido al terror que infundía esta persona y el rey desenfundaba su propia espada en un intento de lucha desesperada.

El rey desenvaino su espada en dirección de la mujer que se encontraba con una expresión tan calmada al otro lado del puerto y su última batalla en vida comenzó.

 

 

Capítulo 1

– Oye Heidel, ¿te quieres despertar de una vez? Estas en vacaciones, pero dormir por seis horas en pleno día es algo exagerado y a la larga no te hará bien.–

¿Como que por seis horas?, yo solo quería una siesta de veinte minutos.–

Me desperté de un sueño profundo y las lagañas me tapaban la vista

– Te debo avisar que tengo que salir estarás solo en casa hasta las diez, así que hay comida congelada para que puedas cenar si llego a tardar más en el trabajo.–

Mi mama me daba instrucciones sobre la cena y que me cuidara mientras salía a su trabajo como doctora temporal.

– Tengo tres horas de internet y videojuegos no te preocupes por mí –

– No le habrás a nadie extraño o que no conozcas –

– Si ya lo sé mamá, que te vaya bien –

Eran las siete de la tarde con un día bastante lluvioso, por no decir que era una tormenta de lo más intensa que he visto, ya que era agosto me faltabas dos semanas para volver entrar a la escuela así que no daba mucha importancia como iba a invertir mi tiempo, aunque lo usaba en videojuegos y no en deporte para conseguir una novia como muchos otros chicos de mi edad, era porque conseguir una novia es algo que yo no consideraba importante, al menos después que todos mis intentos terminaban en puros rechazos y decidí rendirme en al ámbito amoroso por unos años hasta que se me pasara el shock de no yo simplemente no nací para eso.

De pleno oído escuchaba en los noticieros sobre que la lluvia que tenía encima a todo mi estado podría durar días seguidos, suceso muy raro que ya estaba haciendo eco en las redes sociales.

Escuche un sonido en la puerta, al revisar los matones de barrio se pusieron a lanzar huevos, hay motivo de que me molesten, pero explicarlo es un poco largo.

El más fastidioso de todos era un niño rico que se creía mejor que medio planeta por el hecho de que su padre era el dueño de una empresa local, hay que hacer énfasis en “local” ya que es probable que si te digo su nombre ni siquiera te enteres de que estoy hablando, dado que el padre lo consentía dándole todo lo que quería cuando quería pensó que era algo divertido molestarme por el hecho de hay veces en las que tengo que buscar un trabajo de medio tiempo por el solo hecho que si me quedo sin hacer nada me llego a sentir bastante inútil para la sociedad. Y que algunos si tenemos que trabajar para sobrevivir.

Pero hay una cosa en la que siempre le gano, saber pelear, tomando en cuenta que mi mama fue medico de combate en el ejército por unos cuantos años y mi padre estuvo en la fuerza aérea, mi madre sintió que no sería malo que yo continuara con su legado, aunque fuera solo un poco, ella no está en el punto de querer obligarme a estar en el ejército, es cierto que piensa que eso podría ayudarme a crecer personalmente. Y por eso me envió a múltiples campamentos de verano y escuelas de artes marciales, karate, judo, jiujitsu, Muay Thai, entre otras desde los cinco años. Dejando en claro que no soy ningún experto, tengo conocimientos suficientes de artes marciales para defenderme bastante bien de personas que se quieran pasar de listas conmigo. No me vayan a poner como el típico protagonista perfecto, el hecho que mi madre intentara hacer la prueba de hacerme una máquina de lucha hizo que yo no tengo a alguien a quien considerar precisamente un amigo.

Si bien el niño rico disfruta de restregarme su dinero en la cara, él sabe que no se me puede acercar o lo pasara bastante mal.

Como la primera vez que intento sacarme el dinero en la escuela, recibí un empujón de la nada mientras caminaba a casa e intento amenazarme con simplemente llamar a sus amigos matones si no le daba todo el dinero que tenía todos los días, después de que me negué me dio un golpe en el estómago. Así que invertí la situación del callejón y el que termino apalizado fue él para luego yo ir a la escuela a quejarme de él, aunque termino mal para mí; pese a que yo fui quien dijo sobre el acoso, el aspecto golpeado y los hechos reales que sucedieron, me dieron una suspensión y recibí la reputación de ser un busca peleas lo que hizo que nadie en la escuela quisiera ser aún menos mi amigo dejándome solo para el resto del semestre.

Después de cansarse de molestarme se fue y yo empecé a limpiar la puerta, hasta que la tormenta ya era simplemente insoportable.

Pasé dos horas jugando y escuchando música cuando mi mamá llegó a la casa.

¡Heidel ya llegué!, ¡Además hice compras! –

¡Estoy en la sala!, ¡te deje un poco de lasaña! –

Deje la tele un momento para ir a recibirla y ayudar con las bolsas que estaba cargando.

La luz se fue en ese momento, pero como había algo de luz por estar al lado de la puerta no le di importancia y dirigí la mirada a la ventana de la sala donde aún alumbraban los rayos al otro lado del cuarto por un momento.

Fue solo un segundo que volteé, pero el shock de cuando volví a verla es algo que se me quedo marcado de por vida.

Mi madre una mujer de poco más de cuarenta que estuvo a mi lado toda mi vida atravesada por una espada negra y suspendida en el aire, de forma sorprendente no parecía tener dolor o si quiera saber que fue apuñalada, simplemente quede en shock por lo que estaba pasando en ese momento, no me di cuenta pero al bajar la mirada un poco vi que quien estaba empuñando la espada era una chica alta de pelo blanco, con ojos amarillos sin rastro de vida, su piel también era bastante blanca, llevaba un vestido negro de gala vantablack, ¿o era una armadura?, no recuerdo bien pero en ese momento lo que llevaba puesto era lo que menos me importaba. Acaban de atravesar a mi madre con una espada sin ninguna clase de motivo.

Después de que arrojó a mi madre como si no fuera nada con la misma mano con la que la atravesó y rompió una estantería de la sala, sabía que a pesar de la ira que tuve en ese momento si trataba de atacarla iba a terminar igual, todo era demasiado extraño, ¿yo que hice para que toda mi vida se volviera loca sin más?, justo después dirigió su vista hacia mí y yo trataba de pensar en una forma de salir vivo de esa situación.

Parece que la espada de esa chica funcionó de pararrayos porque luego de apuntarme con su arma un rayo fue capaz de atravesar el techo de mi casa, no es agradable la sensación que tiene uno al ser golpeado por tanta energía eléctrica que cree que murió. Y sí, yo también pienso que mi vida escalo de una manera muy rápida de jugar en internet a victima por intento de homicidio.

Cuando desperté justo donde me desmaye lo primero era que tenía un dolor en todo el cuerpo y cabeza, era necesario tratar de asimilar todo lo que me estaba sucediendo, pero claro es más fácil decirlo que hacerlo, no superaría lo de mi madre de inmediato pero quise asegurarme de que esa chica no estuviera en mi casa o cerca, tome un cuchillo de la cocina por instinto, no quisiera tener que luchar contra una espada con un cuchillo pero esto es mejor que nada, revise todos los cuartos con cuidado pero parecía que ella no estaba, cuando el miedo se fue de mí solo me concentre en buscar a mi madre con la esperanza de poder hacer algo pero no encontré rastro de ella, salí de mi casa y había algo muy fuera de lo común, era una colina verde con una arboleda a unos metros de distancia. Para esos momentos no me tomo tiempo ver que cada vez mi vida tenía menos sentido, primero una psicópata apuñala a mi madre sin motivo alguno, segundo mi casa que siempre había estado frente a una calle en medio de la ciudad de un momento a otro está una colina verde como si nunca hubiera existido una ciudad en ese lugar.

Tratar de razonar que estaba pasando todo tan rápido va a serme imposible si no recibo alguna explicación de qué paso aquí, no soy capaz de entender en lo más mínimo lo que sucede, todo va demasiado rápido, demasiado, necesito un momento de aire. Tan rápido pensé que me estoy volviendo loco que ya hasta hablo conmigo mismo.

– Bien, Heidel, un problema a la vez, guía de supervivencia básica, lidia con un problema a la vez.–

Después de unos segundos evitando explotar en confusión pensé que tal vez era un sueño ultra realista y si me llenaba de cafeína a lo mejor todo se iba a calmar, no tenía ninguna lógica pero en este punto lógica ya no es una palabra en la que confié mucho, trate de hacerme un café, pero no había agua cuando abrí la llave, revise el refrigerador y no había electricidad, ni gas.

Subí con cautela a mi cuarto en el segundo piso totalmente alerta, como si hubiera un ladrón en mi casa.

Explore cuarto por cuarto de mi casa, el mío, el de mi madre, huéspedes, baño, revisé la despensa de emergencia del ático, baje al sótano donde estaban la segunda despensa de emergencia y las armas de servicio de mi madre las cuales eran un rifle de asalto, un francotirador y una pistola, pero no había nadie, estaba totalmente solo en mi casa, así que empecé a preocuparme por ella, Salí a explorar los alrededores, pero solo encontré una pequeña laguna a la distancia. Simplemente estoy ignorando la libre madre naturaleza que rodea mi casa hasta que mis pensamientos se puedan reorganizar.

Toda la casa estaba intacta, me pareció un poco extraño que la ventana de mi cuarto que daba a la pared de mi vecino ahora estuviera hacia una llanura verde y una laguna a la distancia.

Después de un rato me cerré todas las puertas y ventanas, aunque dudo que eso sirva contra una persona capaz de arrojar a otra con un brazo como si nada, solo quiero sentir algo de protección para que pensar las cosas sea más sencillo.

Vi que estaba oscureciendo así que fui a mi casa para dormir un poco esperando que esto fuera solo un mal sueño. Uno muy loco, y malo.

Sonidos a la distancia interrumpieron mi sueño, no soy experto en mediciones, pero creo que a un par de kilómetros de mi casa hay mucha actividad.

Me volví a dormir; me quedo claro que la casa se movió por completo porque estaba sin energía, agua, la sensación de mi cuerpo era más ligera y solo podía iluminar con mi celular. También pensé que si me quedaba sin energía en el teléfono sería un problema, no tengo dificultades al hacer fogatas o antorchas por un campamento de verano al que me envió mi madre, pero la batería me puede ser de utilidad para la iluminación cuando realmente lo necesite así que solo lo usare cuando sea necesario. Hice algunas excavaciones en donde se supone debería estar el alcantarillado de mi casa, los tubos estaban en su lugar, pero cortados de una manera muy limpia, como si una maquina lo hubiera hecho con un láser. Y claramente lo que estaba dentro de ellos se asomaba por fuera, incluido el desagüe.

Luego de que me despierto ya de día, bien descansado, motivado y con la mente clara puedo ponerme a pensar que es lo que voy a hacer, así que salí de mi casa y me dirigí hacia donde escuché los sonidos de la otra noche, sabía que había seres vivos cerca de mí, y ya que podrían ser peligrosos traje la pistola de mi madre conmigo, al mismo tiempo pensé que aunque fueran muchas personas para hacer el ruido suficiente como para que llegue hasta donde yo me encontraba. Pero a media caminata comencé a escuchar otro tipo de ruido, lo más fácil de relacionar seria con una carretilla. Pero hasta no saber en qué situación me metí debo tomar cautela y es la razón por la que ahora estoy detrás de unos arbustos a un lado del camino.

Luego de ver que quien provocaba el galope era un señor de una edad avanzada en una carreta me tranquilice, deje que pasara y siguiera el camino, no me preocupe por mi casa, antes de encontrar el camino en el que estoy tuve que pasar por una arboleda más densa, mi casa era de dos pisos pero no era llamativa en lo más mínimo, sin contar que estaba pintada de café y se disimulaba bien con el bosque, tanto que me preocupa un poco que ya no la encuentre ni yo mismo. No me voy a sorprender por un señor en una carreta, hasta en la ciudad donde yo vivía era común que pasaran chatarreros en carretas jaladas por caballos, cosas del tercer mundo.

Después del suceso del señor, me tomo solo un par de minutos en llegar hasta donde sería el final del camino y se me hacía difícil creer lo que veía, era una ciudad amurallada al mero estilo de la edad griega o media, incluso romana, aún estaba a una distancia grande pero se distinguía sin problema que era una ciudad amurallada, cosa que de donde vengo no es algo común de observar.

 

 

 

Capítulo 2

Me aparté del camino para no llamar la atención de quien fuera por el, me acerque a la ciudad por unas colinas en el lado izquierdo, dado que el terreno donde estaba me daba una pequeña ventaja en altura por ser una colina más elevada que las demás en incluso un lateral de la muralla pero a una buena distancia, decidí sacar los binoculares que traía en mi mochila a la vez que unas galletas y me quede vigilando unos minutos la ciudad, me lleve unas cuantas sorpresas, no era un set de película o unas ruinas era una auténtica ciudad con casas hechas de roca y basalto, en la entrada vi grupos de guardias con escudo y lanza, al mirar alrededor vi que cada cierta distancia en la muralla había un ballestero, dirigí mi vista hacia el centro de la ciudad, vi un mercado y niños jugando a su alrededor, todas las personas que vi llevaban una vestimenta bastante mala para un estándar del siglo veintiuno es decir el mío y a su vez se puede ver que las calles no son del todo limpias.

Claramente no puedo entrar en ese lugar sin buscar ser el centro de atención. Y también sin contar que no tengo ni idea de donde estoy, identifico que la ciudad es claramente humana pero no puedo ver que cultura es, el diseño de la ropa de esas personas puede ser romano antiguo, pero no es exacto. No tengo idea si lo que acabo de hacer es un viaje en el tiempo, dimensión, o si simplemente ya me volví loco.

Supongo que hasta aquí llegue por hoy, debería retirarme a mi casa y pensar que hacer para tratar de resolver el problema actual.

Justo después de terminar esos pensamientos dentro de mí, gire mi cabeza a la un lado para tratar de relajar mi cuello, y si no lo hubiera hecho hubiera muerto en ese mismo lugar ya que un segundo después de haberlo hecho, un cuchillo rozo mí cabeza con fuerza y me dejo un corte ligero en el cuello. Una sorpresa extra más para el día.

Me gire por instinto y vi mi tercera sorpresa consecutiva, era un duende apuntándome con una daga, era una criatura muy fea con una cara llena de cicatrices, sonrisa de maniático, babeaba mucho y solo tenía unos pantalones de cuero, su piel era verde, sus ojos saltones y comparado con Gollum este último se vuelve algo más preferible de compañía.

Atrape su daga antes de que me atravesara él cuello y aprovechando que se paró justo detrás mío le di una patada con ambas piernas, salió disparado hacia abajo de la colina y empezó a rodar como un barril.

Después de procesar que acababa de patear a una criatura de fantasía, lo cual ya me hubiera llevado a un manicomio en casa, levante la mirada y vi un cambio total en el panorama de la ciudad, los guardias de la puerta estaban heridos por flechas y los arqueros que estaban arriba luchaban cuerpo a cuerpo contra otros duendes.

Posteriormente de criticar mentalmente la eficacia de los guardias por dejar que los duendes se les acercaran en pleno terreno abierto como si nada, me retire de la colina antes que alguno más supiera que estaba allí.

Estaba a punto de irme, pero no me parecía justo dejar a la gente como estaba, eche un vistazo con los binoculares para ver si debía ayudar y volvió a pasar una locura más; los guardias vencieron a los duendes y estaban siendo tratados por personas con capas. Con este solo hecho me decidí a rendirme en este lugar. Está más loco que yo.

Antes de irme recogí mis cosas, cuando estaba otra vez en el camino pude oler a quemado en la dirección de la ciudad volteé y había una nube de humo bastante grande, ya de una manera seria, eche un último vistazo para asegurarme que no fuera nada malo pero vi algo que esta vez sí me preocupó de verdad.

La ciudad ahora si estaba en peligro, pude ver varios grupos de seres humanoides con los binoculares, estaban levantando polvo así que mi visibilidad era borrosa, pero deberían ser poco más de una centena, o incluso dos. Nunca fui muy bueno para los números.

Naturalmente me iría a casa sin remordimientos, pero sabía que si me iba no podría dormir por la culpa de lo que pasaría con la gente que no me ha hecho nada si me voy ignorando lo sucedido hoy.

Una vez que me acerque lo suficiente como para ser capaz de oír sin problema el caos que se armó dentro de la ciudad, empecé a ser más sigiloso y tener más cuidado de que no me vieran, si voy a ayudar a unos desconocidos también quiero evitar que me maten, no me lanzare como un héroe contra un gran grupo de desconocidos para salvar a las personas, y no usare la pistola si no es extremadamente necesario.

Ya en la puerta pude ver que los guardias con lanza que habían sido heridos con flechas ya no respiraban, tenían espuma en la boca y también tenían apuñaladas en la zona del pecho, estaban muertos por el veneno de algo y cuando los grupos de desconocidos llegaron después los remataron. O es por lo menos yo que estoy suponiendo que acaba de suceder.

Trate de no perder la cordura por tener a dos muertos enfrente mía por primera vez en mi vida, mire alrededor pero no vi a nadie, tome la lanza de ambos guardias en caso de que sucedía un encuentro cercano con los que los atacó, empecé a ir de calle por calle cubriéndome en las esquinas de los edificios, al momento de llegar al cuarto edificio escuche ruido dentro, parecía ser una mujer y alguien más.

Aquella mujer parecía estar pidiendo piedad a su vida y la respuesta de esa ronca voz fue un simple “cállate” seguido por un golpe hacia ella y una caída seca en el suelo, aunque eso no lo escuche, lo vi por una ventana. El atacante era una criatura semihumana que simplemente podría describir, como un orco, igual de feo que un duende, pero más alto y con esteroides. Por el momento, ya no me sorprendí nada por el suceso.

Lo mejor que pude hacer por aquella chica fue que entre de manera veloz por la puerta y clave una lanza que había tomado de uno de los guardias de la puerta justo por detrás de su rodilla haciendo que su pierna izquierda ya no sirviera más para sostener su peso. Como era claro, reacciono ante el dolor con un grito igual de ronco que su voz común.

Retiré la lanza y antes de que se volteará a verme y con un movimiento de remo más un ligero salto para tomar inercia, le impacté tan fuerte en la cara que terminé rompiendo la lanza. En consecuencia, ese orco quedo con un moretón en la frente e inconsciente.

El duende que vi antes era color verduzco pero este orco era más grisáceo, y tenía mejor equipamiento que su contraparte menor. La mujer de antes también estaba inconsciente, no me quiero quedar en este lugar mucho tiempo, lo más que puedo y hare por ella será mover al orco afuera y a ella ocultarla en una esquina de su casa con varias mantas.

Dejé la lanza rota y tomé la daga oxidada del orco, aunque no estoy seguro si llamarle “daga” sería lo más adecuado, esta cosa mide treinta centímetros. A mi manera de ver ya es una espada corta. Luego procedí a salir de la casa para seguir investigando

Di vuelta en una plaza y vi que a un grupo orcos ya en el suelo y con cortes, no veía cuerpos humanos o algún herido lo que significa o que estos fueron emboscados, o alguien con la capacidad de acabar con unos quince orcos por su propia cuenta se les interpuso.

Puse la daga en mi mochila y me llevé una espada en mejores condiciones de uno de los orcos, era sospechosamente ligera para una herramienta hecha de hierro, pero dada la situación decidí no darle mucha importancia.

Yo conté una o dos centenas antes de entrar en la ciudad, ya me deshice de uno, pero todo está muy silencioso como para ser una batalla de mediana escala.

Al momento de decir eso escuche en una calle paralela lo que se llamaría de manera correcta, un choque metálico, el clásico metal contra metal de espadas que resuena en las películas, con la diferencia que ahora era muy real para mí. La curiosidad mato al gato.

Di un vistazo desde una ventana en un segundo piso de otra casa y vi una batalla en la calle, era un grupo de espadachines humanos con escudo y armadura ligera de acero que apenas cubría su torso, espinillas, casco y antebrazos en una formación cerrada y otro entero de orcos lanzando golpes y estocadas a los escudos con una agresión total, los espaderos se veían asustados. Si quería evitar más muertes frente a mí debía encontrar la forma de darles una mano, no por honor u orgullo si no porque esa formación es lo único que evita que terminen muertos, esa formación cerrada de escudos está bloqueando bastante bien la calle y tienen taponados a los orcos gracias a ella.

Agradezco que los dueños de esta casa tuvieran muebles de madera.

Tome un cucharón y palillos de madera que encontré, con una cuerda lo entrelace y empecé a hacer fricción con todas mis fuerzas, una táctica de supervivencia siendo usada para una ofensa. Mi madre estaría orgullosa. Justo en ese enfrentamiento comencé a escuchar gritos.

¡Olvídenlo, yo no me enliste para esto!

¿Oye a dónde vas recluta? ¡ve a tu lugar! –

Me tengo que apresurar, logre encender el fuego, había vidas a punto de perderse justo afuera.

Puse varias sillas en la ventana les prendí fuego esperé a que la llama avivará bastante y las arrojé con fuerza, los orcos se sorprendieron por el suceso, repetí el mismo proceso con una mesa de madera que hizo mucho más fuego y humo.

¡¿Pero qué?! –

¡Arghh! –

Las sillas cayeron en la cabeza de varios orcos amontonados y se rompieron dejando inconscientes a varios de ellos, la mesa al ser más grande claramente causo más revuelo, no cambiará la batalla, pero ese no era el motivo por las que lancé los muebles, al tener un recubrimiento de paja provoca humo negro semidenso, las lancé en la parte de atrás del grupo para que no afectará a los espaderos.

¡¿Que está pasando?!, ¡¿quién lanzó eso?! –

Con la confusión que provoque en los orcos con el humo, los espaderos recuperaron su moral y pasaron a la ofensiva arremetiendo fácilmente contra los orcos desorganizados. Sin contar que algunas prendas de algunos de ellos se prendieron en fuego aumentando el pánico.

– Aprovechen la oportunidad, ¡a ellos! –

Entre el humo y los ataques la balanza cambio a favor de los humanos; me retiré lo más pronto posible para evitar que me vieran, cuando salí del edificio vi que se estaba nublando todo el cielo, era muy obvio que iba a llover. Menos mal traje la chaqueta con capucha

Aunque ese grupo tendrá una ventaja todavía quedan bastantes más en la ciudad, me dirigí directo a la puerta para irme a casa aunque obtuve un problema antes de lograr salir de la ciudad, justo afuera estaba un gran grupo de orcos rodeando a las personas que atendieron a los guardias de la puerta, con el mayor sigilo que un chico de dieciséis puede tener me acerque y escuche que conversaban con el que noquee en la casa y una persona encapuchada, no parecían enemigos.

Así que esta vez decidí desenfundar la pistola en caso de que se vuelva una emergencia.

¡Tú dijiste que la ciudad era presa fácil! –

– Y lo era estúpido piel verde, no sabía que Minerva estaría de vuelta tan pronto en la ciudad, esa vieja asquerosa me tendió una trampa –

Solo me quede en silencio a un costado de la muralla escuchando.

– Olvida nuestro trato, no pienso arriesgarme solo para ganar dinero vendiendo humanos de esclavos, prefiero luchar contra los elfos a luchar contra esa mujer –

¿A pesar de ser tan valiosos?, ustedes los orcos podrían ganar una fortuna tan solo con uno joven –

Ya me incomodé.

¿De dónde voy a conseguir uno, con esa mujer dentro? –

¿Qué tal con ese chico detrás de la muralla?, el estúpido entrometido que ha estado desde hace un rato –

Ya me asusté.

Sin dudar me iba a retirar con los espaderos, pero choqué con alguien en mi espalda y pensé que ese era mi fin.

– Chico, lo siento, pero será mejor que me dejes pasar si eres tan amable –

En un alivio me hice a un lado y vi que era una mujer con cabello negro, de alrededor de unos treinta años en una armadura de color blanco, dorado y plateado ligera de diseño escamoso similar a un vestido y llevaba una espada larga y delgada de los mismos colores en una funda de su cadera. No era mucho más alta que yo tal vez media metro setenta y nueve u metro ochenta de alto y su piel era ligeramente blanca, pero estaba manchada de sangre morada, voy a suponer que esa sangre corresponde a los orcos.

El único orco que estaba con una armadura de metal me miró, pero su mirada luego se concentró en la mujer que me acaba de pasar.