Introducción

 

Claves de El conde Lucanor

SU OBRA: REFLEJO DE UNA ÉPOCA

Tradición familiar

Don Juan Manuel escribe varias obras a lo largo de su vida. De ellas han llegado hasta nosotros ocho, y todas tienen una intención didáctica: algunas transmiten conocimientos teóricos y otras se centran en saberes prácticos, como manuales de caza, estrategias para la guerra o consejos para escribir poesía.

De esta forma, continúa la labor fundamental que comenzó su tío el rey Alfonso X el Sabio: difundir la cultura y la lengua castellanas. El monarca se rodeó de los sabios de su tiempo, procedentes de las tres culturas mayoritarias de la península (la cristiana, la musulmana y la hebrea), para que escribieran sus conocimientos sobre diversos temas (historia, ciencia, astronomía, leyes, literatura…). Así consiguió difundir la cultura a la vez que enriquecía la lengua castellana, ya que en esta época todavía era habitual que se escribiera en latín.

Don Juan Manuel sigue la tradición familiar y escribe en castellano, con el objetivo de aumentar los lectores y hacer llegar su mensaje.

Todas las obras de don Juan Manuel tienen una intención didáctica.

Conciencia de autor

Con su obra crea una especie de retrato de sí mismo y describe su personalidad, sus inquietudes y creencias. En la Edad Media, los escritores no solían firmar sus obras porque era frecuente que se recitaran oralmente y se modificaran durante su lectura. Tampoco se preocupaban de la transmisión de sus textos. En cambio, don Juan Manuel se inquietó por los errores que pudieran cometer los copistas (hay que recordar que aún no había sido inventada la imprenta) o por la difusión de sus escritos tras su muerte.

A pesar de este interés, no se conserva ninguno de los originales del siglo XIV: se perdieron en el incendio del monasterio de Peñafiel.

GÉNERO E INFLUENCIAS

El conde Lucanor se escribió entre 1330 y 1335. Está compuesto por cinco partes. La primera de ellas es la que se publica habitualmente, y recoge cincuenta y un ejemplos o cuentos que terminan con una moraleja.

La elección del cuento para transmitir una idea o enseñanza conlleva ciertas ventajas, como por ejemplo:

Atraen la atención del público.

Utilizan la ficción para enseñar algo.

Son fáciles de recordar.

Pasan de unos a otros por transmisión oral.

En la Edad Media era frecuente que la literatura tuviera esta función didáctica. En tiempos del infante se podían leer fábulas (como las de Esopo), narraciones árabes (como la obra anónima Las mil y una noches) o vidas de santos. Estas lecturas sirvieron de inspiración a don Juan Manuel.

La mayoría de los cuentos de don Juan Manuel no son creaciones genuinas, sino adaptaciones de obras de la época.

LENGUAJE Y ESTILO

El lenguaje y el estilo que don Juan Manuel elige para su obra pretenden contribuir a facilitar su intención didáctica y su transmisión. Por esta razón, destacan los siguientes rasgos:

Escrito en castellano y no en latín, como era habitual.

Empleo de expresiones populares reconocidas para el lector.

Abundancia de oraciones simples.

Verosimilitud de los relatos.

Marco geográfico concreto y personajes históricos conocidos.

Relatos breves y concisos.

Presencia de humor.

Portada de la primera edición de El conde Lucanor.
HERNANDO DÍAZ, Sevilla, 1575.

INTENCIÓN

Como ocurre con toda su obra en general, don Juan Manuel trata de que El conde Lucanor entretenga al lector a la vez que lo instruye. Los ejemplos y consejos pretendían educar a los nobles para que se convirtieran en excelentes señores feudales: su finalidad era ser útiles para la vida. Don Juan Manuel quería que su obra, además de ayudar a conseguir la salvación del alma, permitiera también conservar los bienes materiales.

Su logro es todavía mayor: traspasa siglos y lugares. El conde Lucanor se puede leer como una guía que aconseja sobre aspectos universales y atemporales: ambiciones, envidias, miedos, amistad, generosidad, egoísmo, etc.

ESTRUCTURA

El conde Lucanor se sirve de una misma estructura para todos los ejemplos o cuentos que incluye. Estos cuentos se introducen también de la misma manera: un narrador presenta a los personajes de Patronio y el conde Lucanor. El esquema para representar esta organización podría ser el siguiente:

PERSONAJES

Se pueden diferenciar dos grupos de personajes: por un lado tenemos el conformado por el conde y su consejero Patronio, y por otro, a los protagonistas de las historias que relata el propio Patronio.

PATRONIO

Es un sirviente fiel, juicioso y razonable. Conoce bien a su amo y le transmite aquello que necesita para alcanzar el éxito (tanto moral como material).
Las historias que conoce reflejan su sabiduría sobre aspectos prácticos para la vida. Con ellas logra convertir lo anecdótico en universal.

EL CONDE LUCANOR

Es un personaje noble, un señor feudal que posee tierras y fortuna. Es un tanto impulsivo e ingenuo. Participa en guerras territoriales, sufre agravios y otros conflictos cotidianos que quiere solucionar sin tardanza. Acude para ello a su leal sirviente Patronio.

De don Juan Manuel a nuestros días

El lugar de su descanso

Don Juan Manuel eligió Peñafiel, en Valladolid, como el lugar apropiado para preservar su obra. También es en este municipio en donde decidió que se conservaran sus restos mortales, en el convento de San Pablo.

Hoy se pueden visitar la iglesia y el monasterio de los dominicos que tanto cautivaron al infante, así como pasear hasta el castillo y transportarnos a la Edad Media recorriendo las calles de esta villa.

Castillo de Peñafiel,
Valladolid.

Mil historias más

Aunque su composición sea anterior a El conde Lucanor, el conjunto de historias de origen árabe recogidas en Las mil y una noches proporciona una sensación muy similar a la que provocan los cuentos de don Juan Manuel. Como en estos, los relatos están rodeados por un marco narrativo común. En este caso no lo protagonizan un señor y su consejero, sino un sultán y una joven, Sherezade, que gracias a su ingenio consigue burlar la muerte.

Grabado de los cuentos de Las mil y una noches.

Cuéntame un cuento

Hans Christian Andersen es uno de los cuentistas más famosos de todos los tiempos. En su obra, igual que en El conde Lucanor, la finalidad didáctica tiene gran importancia. Además, su relato «El traje nuevo del emperador» se basa en el cuento XXXII de don Juan Manuel.

Estatua de Andersen en Copenhague (Dinamarca).

Historias en cómic

Si lo que te gusta son los cómics, en la edición de lujo de Fábulas, del autor Bill Willingham, se recogen las historias de varios de los protagonistas de los cuentos más famosos de todos los tiempos.

Es una buena ocasión para descubrir nuevas aventuras con personajes ya conocidos.

Cubierta de Fábulas, de Bill Willingham.
Vertigo Comics, 2016.

Érase una vez…

Hay cuentos tan conocidos que han originado historias nuevas. En la serie de televisión Érase una vez, emitida en Antena 3, los personajes de los cuentos clásicos más conocidos existen y conviven en un universo paralelo al nuestro.

Lucanor se impregna de los cuentos de Patronio y los experimenta en su propia piel. En la serie, son los personajes de los cuentos los que cobran vida y tratan de resolver nuevos conflictos. ¿Dispuesto a conocerlos?

Carátula de la serie Érase una vez, 2011.

Una Patronia moderna

Patronio siempre está dispuesto a ayudar a su señor y a aconsejarle en las dificultades que surgen en la vida cotidiana. El mismo propósito empuja a la protagonista de la película Amelie, una chica muy observadora que decide, de forma anónima, hacer feliz a la gente que tiene a su alrededor.

Cartel de la película Amelie, dirigida por Jean-Pierre Jeunet en 2001.

 

 

El conde Lucanor

 

 

 

 

 

 

Criterio de esta edición

 

Partiendo de la edición de Adolfo I. Sotelo de 1976, cuyo título completo es Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Petronio, la presente adaptación se propone acercar al lector de hoy una selección de veinte relatos de los cincuenta y uno de que consta la obra completa. Los veinte cuentos siguen una numeración propia, pero hemos añadido entre paréntesis el número romano que se corresponde con la numeración original. Teniendo en cuenta el contexto de esta joya medieval, la simplicidad de las historias que en ella se narran y, sobre todo, la finalidad didáctica que lleva al autor a componerlas, hemos intentado escoger los relatos que presentan un contenido moral ejemplar más cercano a nuestra época. Para una mejor comprensión, hemos modernizado la escritura para acercar el lenguaje al nuestro, pero hemos procurado mantener la esencia vital.

Mientras se versionaban las historias, hemos ido recogiendo en un documento los pareados finales (las enseñanzas) y, una vez terminada la adaptación, estos veinte consejos han quedado fijados como recordatorio ante la mesa de trabajo y sirven, cada día, de orientación para enfocar los pequeños detalles de la vida que la literatura ha convertido en grandes verdades en las que sustentar la cotidianeidad.

ANTONI DALMASES

Anteprólogo

 

Este libro libro fue escrito por don Juan, hijo del muy noble infante don Manuel, para mostrar, a través de los cuentos que sirven de ejemplo, cuál debe ser el comportamiento más provechoso y honrado de los hombres. [Nota]

Y como sabía que, al copiar libros, es habitual que se produzcan errores y cambios que alteran el sentido de lo escrito, pide don Juan al lector que cuando encuentre alguno no le culpe a él, el autor, pues se ha esmerado en corregir bien sus escritos, como anteriormente hizo con sus otros libros, que se encuentran en el monasterio de Peñafiel1, que él mismo fundó en 1318. [Nota] Ruega al lector que, si encuentra errores, no los atribuya a la falta de atención de don Juan, sino a su poco entendimiento al escribir sobre cuestiones complicadas. Pero Dios sabe que su intención es darlas a conocer a la gente poco letrada, pues por eso ha escrito todos sus libros en romance castellano, para que los entiendan los que, como él, saben poco.

Prólogo

 

En el nombre de Dios: amén. Entre las muchas cosas maravillosas que hizo Dios, hay una extraordinaria: que todos los hombres, teniendo las mismas cosas en la cara, tienen las caras distintas. Y si en las caras, que son muy pequeñas, hay tanta variedad, no es nada raro que también la haya en las voluntades y maneras de ser. Así, veréis que ningún hombre se parece a otro en inclinaciones ni personalidad. Os daré algunos ejemplos para que se entienda mejor.

Todos los que quieren servir a Dios no lo sirven de la misma manera. Como tampoco lo hacen igual todos los criados con sus señores. Ni los que labran, juegan, enseñan, cazan o realizan cualquier trabajo lo hacen exactamente igual, sino que cada uno emprende la labor a su manera. Por eso podemos concluir que hay tanta variedad de caras como de maneras de ser, aunque todos nos parecemos en que tenemos predilección por aprender o hacer las cosas que más nos gustan. Por lo cual es lógico que quien quiera enseñar algo deba hacerlo de manera que resulte agradable aprenderlo. [Nota]

Es por este motivo que yo, don Juan, hijo del infante don Manuel, gobernador de la frontera y del reino de Murcia, he escrito este libro buscando las expresiones más elegantes y poniendo ejemplos que puedan resultar provechosos a los que los lean o escuchen. [Nota] Lo he hecho imitando a los médicos, que cuando quieren dar alguna medicina para curar el hígado, como saben que al hígado le atraen las cosas dulces, añaden azúcar o miel al preparado para conseguir mejor y más seguro efecto. Y lo mismo hacen con cualquier otro órgano: le dan lo que resulte más atractivo para curarlo. De esta manera, con la ayuda de Dios, haré este libro, para que quien lo lea saque algún provecho; y a quien le cueste entenderlo, con palabras dulces trataré de atraerle y ganar su afecto, como se ha dicho antes de las medicinas.

Quiera Dios que este libro resulte beneficioso y contribuya a salvar el alma y el cuerpo de quienes lo lean, puesto que bien sabe Él que lo he escrito con esta intención. [Nota]Atribuyan, pues, todo lo que encuentren mal expresado en estas páginas a mi poco entendimiento, mientras que todo lo bien dicho y provechoso lo agradezcan a Dios, que es por quien se realiza todo lo bueno.

Relaciona los enunciados.

La intención de la obra es...

... que lo entienda el mayor número de personas.

A don Juan Manuel le preocupa...

... lograr la salvación del alma y de los bienes materiales.

Escribe en castellano para...

... cómo se transmite su obra y si tiene errores.

Para don Juan Manuel, lo ideal sería...

... enseñar y entretener.