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La manifestación
de la velocidad
de desplazamiento
en el tenis

Un enfoque global

La manifestación
de la velocidad
de desplazamiento
en el tenis

Un enfoque global

David Suárez Rodríguez

Profesor de Teoría del Entrenamiento, Técnica y Táctica,
Federación Asturiana de Tenis.

Entrenador Nacional de Tenis.

Entrenador Nacional de Atletismo.

Diseño de cubierta: David Carretero

© 2017, David Suárez Rodríguez
    Editorial Paidotribo
    www.paidotribo.com
    E-mail: paidotribo@paidotribo.com

Primera edición
ISBN: 978-84-9910-573-4
ISBN EPUB: 978-84-9910-689-2
BIC: WSJR2

Fotocomposición: JAZ Editors, S.L.

Índice

Prefacio

Agradecimientos

CAPÍTULO 1

Introducción a la complejidad del tenis y el entrenamiento de la velocidad

CAPÍTULO 2

La velocidad en el tenis. Conceptos básicos

Manifestación de la velocidad en el tenis y su papel en el rendimiento

Aproximación al comportamiento muscular

CAPÍTULO 3

Carga y principios de la preparación de la velocidad

Adaptaciones y carga de entrenamiento para la velocidad

Principios del entrenamiento de velocidad

CAPÍTULO 4

Vías de mejora de la velocidad en el tenis

Factores técnicos en la manifestación de la velocidad en el tenis

Co-autor: Sofía Argüelles Cienfuegos

Elementos prácticos de la estructura de los movimientos para el entrenamiento de la velocidad mediante la técnica

Técnica y comportamiento muscular

Errores más frecuentes

Conclusiones

Factores psicológicos en la manifestación de la velocidad en el tenis

Anticipación-toma de decisiones y manifestación de la velocidad

Atención-concentración y manifestación de la velocidad

Activación-intensidad y manifestación de la velocidad

Confianza-autoestima y manifestación de la velocidad

Estrés-ansiedad y manifestación de la velocidad

Relación entre factores psicológicos y factores condicionales determinantes en la velocidad. Elementos prácticos

Conclusiones

Factores de la resistencia en la manifestación de la velocidad en el tenis

Relación entre resistencia y velocidad en el entrenamiento

Conclusiones

Factores de la flexibilidad en la manifestación de la velocidad en el tenis

Requerimientos y tipos de flexibilidad

Manifestación de la flexibilidad en el tenis

Conclusiones

Factores neuromusculares en la manifestación de la velocidad en el tenis

Especificidad de las adaptaciones

Características del entrenamiento de la fuerza

Conclusiones

CAPÍTULO 5

Medios de entrenamiento de la velocidad en el tenis

Sistemas con cargas: entrenamiento de fuerza máxima explosiva

Sistemas con cargas: entrenamiento de fuerza con carga media explosiva-potencia

Sistemas de entrenamiento de fuerza con carga baja. Fuerza-velocidad

Sistemas y medios de entrenamiento de la fuerza-velocidad específica

Sistemas y medios de entrenamiento de la sobrevelocidad específica

Sistemas de entrenamiento del ciclo estiramiento-acortamiento

Sistemas de potenciación aguda de la fuerza explosiva y la velocidad

Sistemas de entrenamiento de la velocidad desde la flexibilidad

Sistema de entrenamiento de la fuerza-técnica para la velocidad de desplazamiento

Sistemas de entrenamiento de la velocidad desde los factores psicológicos

Formas de entrenamiento complejo

Entrenamiento del core

CAPÍTULO 6

Programación y planificación de la velocidad desde una perspectiva global

Propuesta de sistemas de planificación

Propuesta de programación y planificación de pretemporada

Programación y planificación entre competiciones

Preparación de la velocidad a lo largo de las diversas etapas de formación del tenista

CAPÍTULO 7

La mujer y la manifestación de la velocidad

Factores diferenciales en la mujer

Conclusiones

CAPÍTULO 8

Nutrición, ayudas ergogénicas y velocidad

Co-autor: Santiago Piquer Morató

Estrategias indirectas

Estrategias directas

Conclusiones

CAPÍTULO 9

Prevención de lesiones y velocidad

Entrenamiento de la velocidad y riesgo de lesión

Elementos preventivos de programación y planificación

Conclusiones

 

Sobre los autores

Prefacio

Existe una antigua polémica entre los técnicos defensores del entrenamiento basado en la experiencia y los que defienden el uso exclusivo de los resultados que aporta el estudio científico. Sorprendentemente, este enfrentamiento entre la práctica y la ciencia sigue produciéndose en la actualidad. Aún se puede escuchar a todo tipo de gente, sobre todo a técnicos deportivos, decantándose de forma dogmática hacia uno u otro postulado. En mi opinión, la lectura de artículos y libros especializados o la realización de investigaciones no es la forma de conocer toda la verdad, pero sí de dar luz y proporcionar contenido y objetividad a los conocimientos sobre el entrenamiento deportivo. La experiencia del día a día o los resultados positivos de unas prácticas concretas tampoco arrojan axiomas, pero aportan un conocimiento que, como ya defendía Rousseau en su Emilio, tiene un especial peso y significancia en nuestra formación.

A mi entender resulta una discusión absurda pues todo forma parte de un proceso complejo, el de la preparación del deportista. Este proceso requiere de lo investigado y de lo experimentado personalmente, de lo escrito y de lo contado verbalmente. La experiencia que se transforma según cambian los jugadores, pero también la propia evolución, aportan conocimientos no exclusivos pero sí imprescindibles. A su vez, resulta enriquecedora la lectura de esos artículos que acaban con una posible conclusión final y de otros que señalan hacia una dirección distinta, si no opuesta.

Otra discusión estéril es la de otorgar grados y porcentajes de importancia a uno u otro factor de influencia en el deporte por la imposibilidad de aislarlos, pero especialmente por el error que esto supondría de poder hacerse. En realidad, no debemos centrar la atención solo en uno o varios factores decisivos, ni tampoco en la supuesta suma de ellos.

Toda esta complejidad se ve especialmente reflejada en un deporte como el tenis, en que existen múltiples factores que pueden determinar el rendimiento, pero que nunca se presentan de forma aislada o pura. Por ello, quizás me ha animado de forma muy especial a escribir esta obra la propia conexión sufrida entre la práctica del día a día, la observación de los grandes jugadores y de los no tan grandes, junto con la lectura sobre los procesos biológicos y conductistas y las teorías más cognitivistas. Y aunque solo se trate de parte del proceso de aprendizaje personal, todo ello me dirige hacia una conclusión, al menos provisional: el elemento más determinante en la preparación del tenista no es la técnica, ni la táctica, ni los procesos mentales o condicionales, sino el logro de una sinergia lo más óptima posible. Este debe ser nuestro principal objetivo, otorgando la máxima atención a la complejidad y las características propias del deporte, de sus competiciones y de la situación de nuestros jugadores.

Ahora bien, para seguir avanzando, al igual que para programar o planificar, podemos, y quizá debemos partir de algo previamente elaborado como es la existencia de diversos factores diferenciales. Al afrontar el tema de la velocidad en el tenis, por un lado he tratado de limitar al máximo la cuestión, centrando toda la atención tan solo en la velocidad de desplazamiento y, a su vez, he intentado afrontar esta cuestión con amplitud. Amplitud en cuanto afrontar su complejidad, entendida esta no en su acepción de difícil sino de multifactorial.

Sin embargo, no es un intento ambicioso por establecer una teoría sobre la complejidad en el tenis sino, por el contrario, de profundizar en los diversos factores que pueden tener un efecto sustancial en el rendimiento. A lo largo del libro se intentará ir reflejando esta complejidad, el efecto de la velocidad en diversos elementos y cómo cada uno está influido por otros que se irán tratando durante los diversos capítulos.

Agradecimientos

A mi padre Eduardo por ser la persona que más me apoyó en mi carrera profesional, y el referente en mi forma de ver la vida. Gracias, tus enseñanzas me han hecho la vida habitualmente más difícil pero mucho más digna.

A mi madre Covi por ser mi modelo como buena persona.

A mi hermana Nana, mis sobrinos Luci y Edu y mi cuñado Carlos.

A mis maestros Javier Duarte, Antonio Capella, Renato Olaondo, y muy especialmente a Juan Vigón.

A Carlos Manero y Pilar García, esos dos grandes fisioterapeutas de Santiago de los que aprendí todo lo que pude.

A Julia por compartir tantas cosas…

La manifestación
de la velocidad
de desplazamiento
en el tenis

Un enfoque global

CAPÍTULO 1

Introducción a la complejidad del tenis y el entrenamiento de la velocidad

«El todo es más que la suma de las partes.»

ARISTÓTELES (384-322 a. de C.)

«El todo es diferente de la suma de las partes.»

KÖHLER (1887-1967)

EL tenis presenta una gran variabilidad, tanto en su dinámica durante el juego como en su posible preparación. Sin embargo, no se trata de una situación caótica con infinidad de formas iniciales, sino que presenta un inicio de cada unidad de juego en circunstancias conocidas, así como un número de situaciones que se repiten, y mediante su conocimiento se podrá actuar sobre el conjunto de finales posibles. La complejidad del juego está clara por haber una incertidumbre, pero esta no es total y, de hecho, las situaciones de desorden total no provocan procesos complejos (Gell Mann, 1995) que permitan producir inferencias.

Incluso la duración de un partido, que no está determinada y de hecho no tiene límites salvo en los tiempos de descanso, tendrá diversos análisis que interrelacionarán de forma diferente desde el punto de vista de la presencia de fatiga, del comportamiento mental o de la manifestación de la velocidad. Así, podrán ser relevantes los siguientes tipos de duración:

Duración de un punto: se relacionará esta duración con la intensidad, forma de juego o grado de estrés.

Duración de una sucesión de puntos: lo importante para la dinámica del juego, desde el punto de vista de su complejidad, será la sucesión de unos puntos de elevada intensidad física y mental.

Duración real de juego: será el tiempo de juego sin contar pausas. Aunque varía, por ejemplo, según el tipo de jugador y el partido, suele ser entre un 20% y un 30% del tiempo total.

Duración total: se trata del tiempo total incluyendo recuperaciones y descansos largos. Tiene una gran importancia en las destrezas motoras, en la velocidad de juego y en el rendimiento mental. Según sea, podrán intervenir factores como un mayor riesgo de producirse una hidratación insuficiente, una depleción importante de glucógeno, un incremento de la lipólisis y proteólisis y conllevar la necesidad de modificar estrategias nutricionales.

Duración del descanso: la relación trabajo/recuperación, tiene una enorme importancia en el entrenamiento, por lo que parece lógico que la relación que se va presentando durante todo el partido sea un factor a tener en cuenta. En ocasiones, con algunos jugadores sería interesante actuar sobre los períodos de descanso, tanto para mejorar la recuperación como para lograr una buena activación y concentración.

Por supuesto, las diferentes duraciones están relacionadas entre sí: los puntos o sucesiones de puntos constituyen la duración real de juego, y junto a esta y los descansos, la duración total. Esta duración total influirá en el tiempo jugado, y ambos en la intensidad y nivel del juego de los puntos y sucesiones de puntos.

La intensidad, a su vez, depende de las direcciones, ángulos, alturas y profundidad de los golpes, pero si nos limitamos a la velocidad de juego, serán determinantes lo pronto que se golpee la pelota y la velocidad que se logre con los golpes, aumentándose la densidad de golpes y reduciéndose el tiempo disponible para desplazarse. La velocidad durante el juego está muy unida a la idea de intensidad en toda su dimensión, y la capacidad de jugar a elevadas velocidades será el fruto de tener una gran capacidad de manifestarla.

La velocidad resulta una cualidad determinante a la hora de poder desarrollar grandes intensidades de juego. En algunos casos, la velocidad de ejecución resulta el criterio de eficacia principal (Verkhoshansky, 1996, 2002). Sin embargo, es frecuente que se la considere una cualidad formada por otras cualidades básicas, principalmente la fuerza; una capacidad constituida por factores condicionales y coordinativos que habitualmente se presenta en íntima relación con la fuerza rápida.

Tabla 1–1Visión de la complejidad del ser humano y el tenis

Humano

Sistema hipercomplejo → Sistemas interrelacionados entre sí y con el medio

Tenis

Actividad compleja → Diferentes factores interrelacionados entre sí y con el oponente

Tradicionalmente se la ha considerado una cualidad muy determinada por los factores hereditarios, lo que resulta cierto solo en parte pues depende sustancialmente de las características del sistema nervioso y de la distribución fibrilar. No obstante, la entrenabilidad de las diferentes manifestaciones de la fuerza y la complejidad del tenis, permite entrenar la velocidad por diversas vías. Al mismo tiempo, estas vías se pueden relacionar buscando sinergias positivas que permitan multiplicar las mejoras y lograr que sean más significativas. Dichas vías pueden abarcar las capacidades condicionales y coordinativas, pero también la técnica y los diversos factores psicológicos (tabla 1-1).

La velocidad se manifestará, en relación a la técnica, mediante la forma de desplazarse por la pista y de golpear la pelota, y a la táctica y sistema de juego, siendo la velocidad y el tipo de entrenamiento para incrementarla diferentes según se esté utilizando para dominar el juego o para defenderse y contraatacar (fig. 1-1). Así, si el jugador está en situación ofensiva llevará a cabo movimientos predominantemente muy cortos con acciones explosivas y breves, mientras que si se encuentra en situación defensiva, los desplazamientos y el tiempo de recorrido serán mayores. Al mismo tiempo, la intensidad de juego se verá influida por otros factores como los psicológicos, la fuerza y la presencia de fatiga.

A la hora de enfocar la preparación global de un tenista, las adaptaciones que se producen con estímulos generales en todos los sistemas serán suficientes en los estadios iniciales de la formación de un jugador. En el tenis, además, siempre habrá un elevado componente de juego específico que complementará la preparación en todas las fases de la formación. Sin embargo, cuando los niveles son altos o muy altos y para obtener progresos más sustanciales, se debe realizar una orientación con cargas y ejercicios mucho más especializados.

Diversos estudios señalan cómo las diversas características fisiológicas y mecánicas de las tensiones musculares orientan y regulan los efectos del entrenamiento (Bosco, 2000; Gardiner, 2001). La especialización se hace cada vez más importante según aumenta la maestría deportiva, pero no debemos olvidar la importancia que tiene también la práctica, como mínimo orientada y significativa, en las fases sensibles y a edades tempranas. La especialización debe enfocarse a provocar adaptaciones en los órganos decisivos para los diversos procesos que determinan el alto rendimiento, por lo que las cargas deben estimular el desarrollo de estos de una forma premeditada.

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Figura 1-1    Cristina Sánchez. El tenis y los deportes de equipo tienen elementos motores y metabólicos que se presentan de forma compleja con el resto de factores.

Se ha confirmado mediante dinamometría y electromiografía que según sea el movimiento serán activados unos u otros músculos, pero también que dentro de los mismos músculos se producen mayores o menores tensiones según sean las acciones, aunque tengan grandes similitudes. En el ámbito del entrenamiento de la fuerza, se ha comprobado que pequeñas variantes en los movimientos producen modificaciones en las activaciones de los músculos, cogiendo mayor relevancia uno u otro, e incluso estableciéndose diferencias a nivel de los vientres y porciones musculares (Boeckh-Behrens y Buskies, 2005). Por lo tanto, los músculos se comportan de forma diferente según sea la acción con todas sus características: intensidad, orientación, continuidad en dirección y velocidad, grado de incertidumbre, etc.

La especialización debe buscar también la capacidad de ejecutar las acciones específicas propias del deporte y no otras, aunque en ocasiones se producirán mejoras colaterales. No se trata solo de trabajar muscularmente o metabólicamente de una forma específica, sino de preparar la funcionalidad de todo el organismo, pues la fuerza o el consumo de oxígeno no garantizan la manifestación de estos factores al máximo nivel de su potencialidad. Para Zhelyazkov (2001), la adecuada preparación especial será la forma de desarrollar de forma óptima la potencialidad del jugador.

Por lo tanto, el entrenamiento deberá ser funcional, entendido como aquel que está encaminado a proporcionar adaptaciones útiles para la manifestación durante el juego; específico, por respetar la estructura externa e interna del movimiento, y cognitivo, por presentarse en mayor o menor grado una consciencia de las tareas con diversas tomas de decisión.

Podemos afirmar:

La necesidad de tener un enfoque específico o al menos orientado o dirigido en la preparación de la velocidad.

Esta especificidad nos llevará a un enfoque global a la hora de preparar la velocidad del tenista.

La importancia de llevar a cabo cargas significativas en magnitud, orientación y carácter.

Respetar la complejidad e interrelación de los diversos factores.

Diseñar una programación y planificación adecuada para proporcionar las sinergias que completen la unidad funcional de la preparación del tenista.

Este enfoque busca cumplir algunos de los principios ya clásicos del entrenamiento (tabla 1-2), si bien bajo una visión donde el individuo y su especialidad marcarán el proceso y será el jugador el principal motor del mismo. Se pueden escoger infinidad de ellos, pero básicamente nos centraremos, por su repercusión y operatividad, en la individualidad, especificidad, gradualidad, globalidad y complejidad.

Tabla 1–2Principios clásicos del entrenamiento

Individualidad

Especificidad

Gradualidad-progresividad-heterocronía

Globalidad

Complejidad

Variabilidad

unidad funcional

Sobrecarga

Continuidad

Tabla 1–3Factores determinantes en el juego y relación con la velocidad

Capacidad de anticipación

Anticipación respecto a la pelota

Anticipación al programa de movimiento

Anticipación al desarrollo de las situaciones de juego

Capacidad de decisión

Desarrollo espacio-temporal

Elección de movimientos de desplazamiento

Elección de movimientos de golpeo

Disposición a asumir riesgos

Cambios de las tácticas

Cambios en la posición

Golpeos y tácticas arriesgadas

Rapidez de actuación

Movimientos acíclicos y segmentarios

Movimientos acíclicos de cadenas musculares

Movimientos acíclicos de todo el cuerpo

Destreza técnica y movilidad en relación a la pelota

Coordinación espacio-temporal de los movimientos en relación a la pelota

utilización de efectos y trayectorias eficaces en relación a situación y oponente

Experiencia motora

Adaptada de Müller y cols., 1996.

La búsqueda de la funcionalidad del entrenamiento determina la necesidad de entender la complejidad y su preparación, para ello adaptaremos algunas de las ideas sobre las características del juego propuestas por Morin (1994) para los deportes de equipo (citado en Martín Acero y Lago Peñas, 2005):

Sistemático: el juego y la globalidad de la preparación conllevan cualidades nuevas. Las situaciones nuevas o sorpresivas son especialmente relevantes para este principio.

Bucle retroactivo: cada causa provoca diversos efectos y estos, a su vez, actúan sobre la causa, como ocurre en la marcha del tanteo durante el juego y en los errores continuados o graves, actuando sobre las decisiones posteriores, la confianza, atención, procesos coordinativos, capacidad de activación muscular y velocidad de movimientos.

Bucle recursivo: el juego y el estado de forma son causas y efectos al mismo tiempo, que se relacionan de forma continuada. Se producen situaciones duales cada punto, y al mismo tiempo una relación interna en el mismo jugador.

Nuestra intención como preparadores deberá ser reducir la incertidumbre y buscar las posibles claves que proporcionen un orden y una dinámica del juego, sin olvidar que los problemas tienen siempre más de una solución (tabla 1-3).

Referencias bibliográficas

Antich X. Introducción a la metafísica de Aristóteles. El problema del objeto en la filosofía primera. Barcelona: PPU; 1990.

Boeckh-Behrens WU, Buskies W. Entrenamiento de la fuerza. Barcelona: Paidotribo; 2005.

Bosco C. La fuerza muscular. Aspectos metodológicos. Barcelona: Inde; 2000.

Gardiner P. Neuromuscular Aspects of Physical Activity. Champaign (IL): Human Kinetics; 2001.

Gell Mann M. El quark y el jaguar. Aventuras en lo simple y en lo complejo. Barcelona: Tusquets; 1995.

Martín Acero R, Lago Peñas C. Deportes de equipo. Comprender la complejidad para elevar el rendimiento. Zaragoza: Inde; 2005.

Morin E. Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa; 1994.

Müller M, Gert Stein K, Konzag K, Konzag I. Balonmano. Entrenarse jugando. Barcelona: Paidotribo; 1996.

Sambrin M. La psicología de la Gestalt. En: Legrenzi P, editor. Historia de la psicología. Barcelona: Herder; 1986. p. 113-49.

Verkhoshansky Y. Principios para una organización racional del proceso de entrenamiento dirigido a desarrollar la velocidad. Desarrollo de la velocidad. Congreso EACA. Centro de documentación. Real Federación Española de Atletismo; 1996.

Verkhoshansky Y. Teoría y metodología del entrenamiento deportivo. Barcelona: Paidotribo; 2002.

Zhelyazkov T. Bases del entrenamiento deportivo. Barcelona: Paidotribo; 2001.

CAPÍTULO 2

La velocidad en el tenis. Conceptos básicos

LA velocidad se puede definir como la capacidad de realizar movimientos en muy poco tiempo. Sin embargo, algunos autores consideran que se debe diferenciar entre la rapidez, que está íntimamente relacionada con los procesos nerviosos excitatorios e inhibitorios, y la velocidad, que se situaría como un componente de la rapidez y sería la capacidad de desplazarse en un breve espacio de tiempo (v = e/t) (Zhelyazkov, 2001). La rapidez es una propiedad del sistema nervioso manifestada en las reacciones motoras y frente a movimientos muy simples sin sobrecargas (Verkhoshansky, 2002). La rapidez, por ejemplo, se puede producir durante el movimiento corporal al ejecutar los golpes de fondo y durante la acción del brazo al sacar. Al manifestarse la velocidad durante el juego, se englobarían también, y en íntima relación, los procesos de rapidez. Aquí nos centraremos en la velocidad manifestada en el desplazamiento durante el juego.

Según los requerimientos, podemos diferenciar la velocidad de movimientos sin apenas carga, como la frecuencia de movimientos o la velocidad de reacción, o algunos casos de carreras asistidas que tendrán muy poca relación con la fuerza explosiva, y la capacidad reactiva, la cual se manifestaría en la velocidad cuando se tiene una resistencia que vencer, como una carga externa o el propio cuerpo. Grosser (1992) sostiene que la velocidad es una cualidad psicomotora en la que, mediante procesos cognitivos, volitivos y de funcionalidad del sistema neuromuscular, el individuo logra una velocidad máxima de reacción y de movimientos.

La velocidad de desplazamiento resulta una cualidad derivada principalmente de la regulación del movimiento dependiendo de factores neuromusculares. La importancia de la tensión en cada acción dependerá de la fuerza explosiva, junto con los procesos de tensión-relajación y control corporal en los movimientos en los diferentes planos de las capacidades coordinativas. Vittori (1990) señala que la rapidez de acciones realizadas en el vacío no asegura una elevada frecuencia de movimientos cuando se tenga que mover el peso corporal. La aplicación de fuerza en breve tiempo será el factor neuromuscular decisivo.

En el momento en que hay que vencer una carga, como es el propio cuerpo, intervendrá de forma decisiva la fuerza explosiva o capacidad para movilizar de forma rápida dicha carga. Siempre habrá una velocidad máxima posible con el tipo de carga externa que sea. La capacidad del músculo para aplicar tensión será un factor determinante de la velocidad. Para Cometti (2002), los tres elementos esenciales en la calidad de la contracción muscular son:

El porcentaje de fibras rápidas.

La tasa de trifosfato de adenosina (ATP) muscular.

La velocidad de liberación del calcio.

Plisk (2007) señala que, en caso de que no se tenga una exigencia de carga relevante, podemos resaltar la importancia de la capacidad de acortamiento muscular. Para realizar una eficaz tensión muscular serán fundamentales los siguientes elementos:

Excitabilidad del sistema neuromuscular.

Número de sarcómeras activas en serie.

Composición de las unidades motoras y velocidad de acortamiento de las fibras musculares, debido a la tasa de formación de puentes cruzados y la actividad de la ATPasa.

Por lo tanto, se trata de componentes que podemos diferenciar aunque estén en clara relación, sobre todo cuando se introduce una carga como ocurre en los diversos desplazamientos del tenis. La velocidad depende de las estructuras neuromusculares y musculotendinosas reguladas por el sistema nervioso central o, lo que es lo mismo, por los mecanismos cognitivos de control (Hohmann y cols., 2005).

Manifestación de la velocidad en el tenis y su papel en el rendimiento

La velocidad de desplazamiento se puede manifestar en el deporte de formas diversas (tabla 2-1). Vamos a analizar la carrera atlética por su mayor relación con el tenis, y no el ciclismo, la natación, el esquí, o la elíptica, por poner algunos ejemplos.

Las fases en la carrera atlética de velocidad se puede dividir en:

Velocidad de reacción simple: reacción auditiva al disparo sin toma de decisión.

Salida: muy relacionada con la fuerza máxima al partir de una posición de flexión agachado con poca acción elástica y refleja. En ocasiones, se engloba dentro de la velocidad de reacción propiamente dicha (premotora), denominándose reacción motora, o en la aceleración como inicio de la misma.

Aceleración: lineal en dirección con apoyos explosivos cortos en un principio y progresivamente más amplios. Se produce hasta los 30-40 m.

Tabla 2–1Características de la velocidad manifestada en el tenis

Velocidad de reacción compleja y toma de decisiones

Velocidad de reacción preferentemente visual

Proceso de anticipación

Salida en movimiento con salto de parada o desplazamiento

Salida con componente elástico-reflejo

Posición erguida del cuerpo con la cabeza orientada a la pelota u oponente

Aceleración desde movimiento

Aceleración con variaciones en ritmo y amplitud de zancada

Aceleraciones en dirección y sentido variable

No se alcanza la velocidad máxima

Desaceleraciones variables en ritmo y amplitud de zancada

Hay pocas situaciones de resistencia a la velocidad y sí resistencia a las acciones explosivas repetidas

Desplazamientos con estructuras diferentes: frontal, lateral, cruzando paso, hacia atrás

Desplazamiento combinado con estructura, aceleración y desaceleración en relación al golpe

Posible situación de deslizamiento según la superficie

Velocidad máxima: se alcanza entre los 40-50 m.

Resistencia a la velocidad: para mantener la velocidad máxima y casi máxima. En contra de lo que parecen indicarnos los sentidos cuando observamos una carrera en 100 m lisos (también en 60 m), los corredores no consiguen mantener la velocidad máxima y son los que menos velocidad pierden los que parecen ejercer una progresión hasta el final.

Sin embargo, las fases de la velocidad de desplazamiento en el tenis serían:

Velocidad de reacción compleja: reacción visual al golpe y situación con toma de decisión en relación a la colocación en la pista, lugar del impacto, características del oponente, golpe, trayectoria y velocidad de la pelota, y en relación a la posición e información propioceptiva.

Salida: varía pudiendo estar relacionada con la fuerza elástica y reactiva en mayor o menor medida. Puede partirse de una posición de salto de parada, de carrera lateral, de frenada y giro.

Aceleración: variable en dirección con apoyos cortos diversos en amplitud y ritmo. Duración muy variable que no superará los 20 m en situaciones extremas y puede ser inferior a 1 m. La mayor parte de los recorridos de aceleración será inferior a 5 m.

Desaceleración: variable en amplitud, velocidad y ritmo.

Resistencia a las aceleraciones y desaceleraciones: no se tratará de la capacidad de mantener una velocidad máxima sino de poder realizar numerosas acciones explosivas de reacción, salida, aceleración y desaceleración con eficacia. No obstante, también se puede decir que existe una resistencia a la velocidad en jugadas de más de 10 s a alta velocidad con cambios de sentido, y que está relacionada con la resistencia a la fuerza explosiva.

Aparte de las diferencias que se pueden apreciar en las fases de la carrera de velocidad y los desplazamientos en tenis, existe otra fundamental que es la diferencia en el tipo de desplazamientos, tanto en su estructura externa como interna. Se trata de una carrera pero con un porcentaje elevado, en ocasiones por encima del 50%, de los desplazamientos laterales, que se producen para recuperar la posición después de cada acción de aceleración y desaceleración frontal, o para ajustar en muchos golpeos. La carrera de espaldas no se produce con tanta frecuencia por realizarse con lateralidad los movimientos de salida o hacia atrás pero, en ocasiones, en situaciones de ataque o de cambio de rol de ataque-defensa se necesitará realizar una recuperación de la posición hacia atrás. Los impulsos en los diferentes movimientos se deben hacer en un espacio de tiempo muy breve y con una flexión mayor de las rodillas, lo que veremos más detenidamente al tratar la técnica como vía de mejora de la velocidad (fig. 2-1).

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Figura 2-1    Pablo Carreño. La puesta en acción y la aceleración son elementos fundamentales en la velocidad de desplazamiento. La acción de brazos tendrá una técnica específica en coordinación al tren inferior y tronco.

Otro elemento diferencial es un tipo de acción muy corta, que podríamos decir gestual o de rapidez en movimientos muy breves. Sería una acción breve de ajuste y colocación por la cual el jugador al recibir la pelota cerca solo tiene que dar un paso o incluso solo colocarse en posición de golpeo. Esto lo hará mediante movimientos de ajuste cortos y muy rápidos si la intensidad lo requiere.

Podemos concluir que los tipos de velocidad de desplazamiento en el tenis son:

Velocidad de reacción discriminativa: se trata de la relación entre dos tipos de reacción, la simple y la compleja, presentándose las dos durante el juego.

La reacción simple se puede dividir en diferentes partes. Zatsiorsky (citado en García Manso y cols., 1998) establece las siguientes 5 fases:

1.Captación del estímulo por parte del receptor dependiendo de la capacidad de los órganos receptores, en el caso del tenis principalmente la vista, visión periférica, y de la atención, activación, etc. Se puede mejorar especialmente desde el campo de los elementos psicológicos mencionados y presentando reacciones específicas visuales.

2.El tiempo en que el estímulo llega a la zona correspondiente del sistema nervioso central. Se desconoce el grado de actuación que se puede tener mediante el entrenamiento, pero habitualmente se ha considerado escaso.

3.El tiempo de elaboración de la respuesta. Es el que se puede mejorar más mediante la práctica.

4.El tiempo en que el estímulo llega del cerebro a la placa motora.

5.Tiempo que tarda en contraerse el músculo una vez se ha activado por el impulso nervioso. Grosser (1992) lo denomina tiempo de latencia y será lo que tarda la acetilcolina tras la sinapsis en llegar a la placa motora activando los procesos de contracción.

Los cuatro primeros pasos forman el tiempo de reacción premotora.

En la reacción frente a las situaciones de juego (reacción compleja) tendrá una relación los procesos psicológicos con una acción anticipatoria posicional o reactiva. Habrá posteriormente una reacción motora de salida, con acción de tensión previa, la cual tendrá un efecto preventivo y producirá una mayor eficacia motora. La velocidad de reacción no será eficaz solo por producirse de forma rápida. Para García Manso y cols. (1998), se deberá tener también precisión en cuanto a la dirección y la magnitud. En ocasiones será imprescindible o de gran ayuda para el rendimiento que se lleven a cabo decisiones anticipatorias. Para ello resultará interesante buscar la sincronización de acciones diversas, movimientos de los segmentos corporales de forma coordinada, presentando situaciones diversas con secuencias de toma de decisión en acciones encadenadas (fig. 2-2).

Salida: capacidad para ponerse en acción. Puede ser desde la posición de salto de parada, lo que sería el inicio de la aceleración, pero podemos diferenciarlo pues habrá una preactivación previa de los músculos, siendo la eficacia del salto precedente muy importante a la hora de lograr una salida eficaz. En ocasiones, esta acción estará situada dentro del campo de la rapidez, pues se tratará de dos pasos, un paso, o tan solo una recolocación explosiva de la posición para el golpeo, sin posibilidad de aceleración, y más en relación con la fuerza inicial o el gradiente de fuerza de una acción (fig. 2-3).

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Figura 2-2    Aspectos que condicionan la eficacia en el tiempo de reacción compleja en el tenis. Adaptada de García Manso y cols., 1998.

Aceleración: es la capacidad de incrementar la velocidad por unidad de tiempo. Estaría en íntima relación con conceptos de fuerza, como la fuerza relativa, la fuerza explosiva dinámica, la potencia, el gradiente de fuerza y la fuerza inicial, y con la pendiente de la curva velocidad/tiempo, fuerza/velocidad y fuerza/tiempo. La frecuencia de movimientos determinada por el sistema nervioso también será decisiva. La técnica con una buena aplicación de fuerzas permitirá desarrollar todo el potencial. También los procesos de atención y activación permitirán el máximo rendimiento. La aceleración se puede producir después de una salida con un salto de parada previo, pero también se producirá en situaciones de desplazamientos más o menos rápidos.

Desaceleración: es un factor decisivo también en la velocidad durante el juego. Es la capacidad de reducir la velocidad por unidad de tiempo. Está en relación directa con la fuerza relativa y la fuerza explosiva excéntrica. La frecuencia se manifestará al ajustar y acortar los apoyos, variando el ritmo y amplitud de los pasos. Se verá reflejada en la curva velocidad/tiempo siendo más pronunciada cuanto más desaceleración se logre; también determinará el grado de fuerza excéntrica lograda por unidad de tiempo. La técnica será fundamental, especialmente al estar unida esta fase al golpeo posterior, siendo el final de la fase de desaceleración el inicio del golpe. Puede ser también muy breve, estando muy relacionada con la rapidez de relajación, la coordinación inter e intramuscular y de realización de tensión excéntrica.

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Figura 2-3    Andrea García. Las diferentes posiciones que se producen durante el juego, serán los puntos de salida. La puesta en acción debe trabajarse desde las posiciones corporales de terminación de los golpes.

Acción breve de ajuste y colocación: será el factor posiblemente más específico de las acciones del juego. Se trata de una acción motora muy similar a la que se lleva a cabo al final de cada desaceleración, pero que ocurre de forma aislada siendo un tipo de movimiento más gestual, de rapidez. Consiste en un solo paso y ajuste, o situándose directamente para golpear, buscando la lateralidad de hombros y pies en posición más o menos frontal, según sea la exigencia de la acción. En ocasiones se solicita hacia un lateral, en otras adelantándose a golpear, o hacia atrás pudiendo ser mediante un salto. Habitualmente se utiliza una acción motora con un pequeño salto de colocación al que tradicionalmente se le llama doble ritmo. Es una acción muy habitual en el resto, especialmente cuando se ataca la pelota. La velocidad de ejecución y la precisión en este tipo de acciones muy breves, e incluso de tipo acíclico, tendrán una gran dependencia de la calidad del programa motor (Keele y cols., 1990).

Estos desplazamientos son realizados de forma combinada y enlazada entre sí, y requieren de un control corporal, espacial, de la estabilidad y del ritmo del jugador, y en relación con el oponente y las variantes de la pelota y su bote. Por lo tanto, se tratará de lo que podíamos llamar agilidad y más concretamente agilidad útil, pues se tratará de la capacidad de acelerar, frenar, cambiar de sentido en situación de juego, de la acción de acoplar estos procesos frente a cambios de dirección y sentido, pero también de diferentes movimientos y ritmos, en los que tan o más importante que acelerar es desacelerar, y desacelerar con las amplitudes y ritmos adecuados, con el control corporal espacial adecuado para golpear la pelota con precisión e intensidad óptima. Una manifestación óptima de este tipo de agilidad será uno de los factores más determinantes en el rendimiento de un tenista (Groppel y Roetert, 1992), actuando sobre la ejecución de los golpes e interactuando con el factor táctico.

A la hora de preparar a un tenista, conviene tener en cuenta que la capacidad para acelerar y para alcanzar una velocidad máxima no tiene una relación lineal. También parece que la aceleración y la capacidad de mantener altos niveles de velocidad son bastante independientes (Zhelyazkov, 2001). Sin embargo, la capacidad de mantener altos rendimientos al realizar aceleraciones sí que tiene una fuerte relación con la destreza en las mismas y con la fuerza explosiva y la explosiva elástica. A mayores niveles de fuerza explosiva, más capacidad para retrasar la fatiga ante este tipo de estímulos (García Manso, 1999).

Esta aceleración depende directamente de una alta sensibilidad del sistema nervioso, y tiene una íntima relación con el estado emocional. La capacidad de manifestar un gradiente de fuerza elevado y una aceleración explosiva del cuerpo va unida al máximo flujo de impulsos nerviosos. Entonces podemos suponer que el sistema neuromuscular, con sus procesos aferentes y eferentes desde el sistema nervioso central a las placas motoras, tendrá una relevancia capital en la velocidad. También tiene una relación directa con la técnica, por tratarse de acciones que deben tener un alto grado de precisión y coordinación, y de esta forma alcanzar un elevado rendimiento. Para ello, por ejemplo, se debe buscar un elevado número de apoyos para lograr un buen número de momentos de fuerza, pero logrando al mismo tiempo unos impulsos óptimos.

Al producirse continuas aceleraciones y desaceleraciones, los procesos activadores y los inhibitorios resultarán fundamentales. En todo proceso de carrera, especialmente a elevada intensidad, se debe producir una coordinación precisa entre la tensión y la relajación de los agonistas y antagonistas, pero en el caso del tenis se presenta además una continua alternancia de tensiones, relajaciones y diferentes tipos de tensión concéntrica y excéntrica, con componente elástico y reflejo. La fuerza excéntrica y de ciclo estiramiento-acortamiento se manifestará, especialmente, en las acciones de frenada y cambio de dirección o sentido. No se trata solo de relajar, sino de realizar fuerzas excéntricas explosivas con una absorción de la velocidad alcanzada en la aceleración. Todo esto implica a la técnica como elementos de ejecución, de fluidez, de control motor, del tiempo, del espacio y del ritmo.

La relación con la fuerza es determinante, pero cuanto más rápida es la acción menor tiempo de aplicación de la misma se tendrá. Las velocidades segmentarias se incrementarán, el tiempo de apoyo o impulso se reducirá y habrá una mayor dependencia de la capacidad de realizar fuerza explosiva en un breve espacio de tiempo, pero también en movilizar a altas velocidades los brazos y piernas. Por lo tanto, se tratará de una fuerza explosiva con la carga corporal del tren inferior al impulsar, pero también en la movilización de porciones del cuerpo, como los brazos o la flexión de la cadera.

Por lo tanto, se producirán unas subsituaciones de aplicación de fuerza dentro del desplazamiento global, dependientes de diferentes factores. Esto será así, tanto en la salida como en la aceleración y desaceleración, en esta última fase con una importante acción excéntrica de frenada también en unas subsituaciones similares a las presentes en la aceleración, pero para el ajuste con la pelota y su golpeo.

Se trata de una velocidad global, por participar diferentes elementos corporales dependiendo, en parte, de la eficacia coordinativa en la preparación y acción de golpeo, y con decisiones cognitivas. Por lo tanto, se sucederán y sobrepondrán acciones cíclicas de desplazamiento con acíclicas de ajuste y golpeo.

El sistema de juego y el carácter del jugador influirán también en el tipo de desplazamiento: por ejemplo, cuando se trata de jugadores ofensivos que dominan el punto y el centro de la pista, sus movimientos, en muchas ocasiones, serán cortos, manifestándose la velocidad en el juego de pies y la rapidez gestual, en íntima relación con la ejecución del golpe ofensivo. Sin embargo, cuando se trata de un jugador o una situación de carácter defensivo, el recorrido del desplazamiento es mayor en cada aceleración y en valores totales en cada punto. Esto se acentúa si la posición defensiva es retrasada, lo que incrementa el ángulo del oponente y el espacio a recorrer por el jugador. Otra diferencia será que al estar en defensa los apoyos finales concluirán con un paso largo abriendo la posición de golpeo, y con deslizamiento si se está jugando sobre tierra. Sin embargo, en situación de ataque los pasos son más cortos con posiciones más laterales. En cualquier caso, los pasos iniciales para buscar apoyos rápidos y finales para ajustar la distancia con la pelota, deben intentar realizarse cortos y con apoyos estables. Estos roles serán determinados por el sistema de juego de cada tenista, pero también se podrán alternar durante el partido y durante cada punto, pasando de una situación de dominio con sus características motoras, a una de defensa con las suyas propias o, por el contrario, pasar de la defensa al ataque.

Por lo tanto, estaremos hablando de situaciones complejas donde la manifestación de la velocidad se producirá de forma variable, con diferentes tipos de acciones interconectadas frente a situaciones cambiantes e incluso inesperadas, lo que determinará el tipo de reacción y de movimientos en un partido.

Tabla 2–2Unidad o ciclo de juego y tipo de velocidad según la cantidad de movimientos

ACCIÓN ACÍCLICA SALTO PARADA → ACCIÓN CÍCLICA ACELERACIÓN → ACCIÓN CÍCLICA DESACELERACIÓN-COLOCACIÓN Y GOLPEO → ACCIÓN ACÍCLICA GOLPEO → ACCIÓN CÍCLICA ACELERACIÓN LATERAL → Posible repetición

Las unidades o ciclos de juego reflejadas en la tabla 2-2 se producirán de forma compleja con diferentes acciones relacionadas presentadas simultáneamente o enlazadas. Resulta importante señalar que se produce una toma de decisiones inmediatamente después del salto, pero que puede realizarse también durante el mismo, incluso llevarse a cabo decisiones anticipatorias previas al salto durante la fase de recuperación o aceleración lateral, o cuando se recupera la posición hacia atrás desde una situación dentro de pista. El ciclo puede no ser entero dependiendo el punto, en ocasiones, de una manifestación muy breve, casi inmediata, con solo la puesta en acción de colocación tras una reacción muy rápida.

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Figura 2-4    Pere Riba. Se producen situaciones de transición o de lucha por el dominio en la jugada. En otros casos no cabe duda, la situación en la pista y la buena situación de piernas determinarán en gran parte el rol inmediato.

Estas unidades pueden ser diferentes según se produzcan en situación de ataque, de defensa, de transición, neutra, o en combinación de varias, requiriéndose un tipo de desplazamiento, unas distancias recorridas, una intensidad, un gradiente de aceleración y desaceleración, según sea uno u otro el rol del jugador. También habrá un mayor o menor interés por jugar en uno u otro rol según sean las características del jugador: su carácter, sus golpes, su planteamiento de partido (fig. 2-4). Básicamente podemos distinguir los roles en tres tipos básicos:

Rol neutro:

Juego muy centrado con pocas angulaciones.

Puede haber gran potencia e intensidad (coger la pelota alta o cuando sube).

Puede haber profundidad.

Se está detrás de la línea.

Puede haber objetivo de esperar el fallo del oponente.

Puede haber objetivo de provocar el fallo del oponente.

Puede haber objetivo de provocar una posterior situación de ataque.

Poco desplazamiento.

Velocidad media.

Rol de ataque:

Juego con colocación de pelota y angulaciones.

Puede haber gran potencia e intensidad (golpear la pelota cuando sube).

Suele ser profundo.

Juego predominantemente «recto».

Se está dentro de pista o cerca de la línea.

Se puede buscar provocar el fallo del oponente.

Se puede buscar que no llegue el oponente.

Puede subirse a la red.

Puede hacerse dejadas.

Poco desplazamiento.

Movimientos rápidos con gran frecuencia.

Pasos cortos.

Rol de defensa:

Juego con colocación de pelota.

Variación de alturas para anular al oponente.

Se puede jugar con pelotas altas.

Habitualmente se juega al centro o cruzado.

El jugador está fuera de la pista, hasta más de 2 m.

Se busca anular el ataque del oponente, dificultar sus golpes, provocar fallos.

Mayores desplazamientos.

Elevada velocidad de desplazamiento.

Pasos más largos.

Aproximación al comportamiento muscular

La técnica de los desplazamientos y de las cadenas musculares irá modificándose según la situación del juego: proximidad de la pelota, cambios de dirección, acción lateral, paso cruzado, desplazamiento de frente, enlace con el golpe o lo inesperado de una reacción. Sin embargo, todos estos movimientos tienen algo en común en los deportes en los que se solicitan cambios de dirección, y más aún cuando el grado de sorpresividad puede ser elevado. Se trata de la existencia de una mayor flexión de rodilla con el centro de gravedad más bajo (Tous, 2002). Las reacciones ante golpes inesperados en los que los procesos anticipatorios no hayan sido eficaces, provocarán una recolocación postural y una menor eficacia en la aplicación de fuerzas, o lo que es lo mismo, se soportarán mayores cargas por parte de músculos y articulaciones.

La ausencia de situaciones de velocidad máxima y sin salida desde posición estática, y la presencia de aceleraciones y desaceleraciones, determinan un comportamiento muscular en el que la fase de impulsión y las acciones excéntricas de frenado tienen una especial relevancia. Si bien en toda carrera explosiva se suceden manifestaciones excéntricas, como en el apoyo, y concéntricas, como en la impulsión, las acciones de contracción excéntricas propias de la fase de desaceleración son especialmente relevantes en el tenis.

A nivel neuromuscular, los movimientos a alta velocidad con el mayor potencial de acción de las fibras rápidas harán que se active primero la placa motora de la unidades motoras explosivas, modificándose el umbral de reclutamiento (Enoka y Fuglevand, 2001). Las tensiones excéntricas parecen tener un comportamiento neurológico diferente al de tipo concéntrico, propio de las fases de aceleración (Enoka, 1996; Ivanova y cols., 1997). La situación de salida previo salto de parada determinará que, a mayor eficacia en el salto, más grande será la intervención del componente elástico y reflejo de la cadena extensora del tren inferior, formada principalmente por tríceps sural, cuádriceps y aductores, pero también glúteo mayor como potente extensor de cadera, por lo que se logrará una salida más rápida. Esta acción previa de salto deberá tener unas características individuales, pues cada jugador poseerá su altura ideal de caída.